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El deseo del hombre de superar a la muerte

Por Rubén J. Olivares

John Gray nos trae a escena la búsqueda del mito de la inmortalidad a través de un lúcido ensayo en el que nos muestra a través de una visión retrospectiva de la cultura occidental la búsqueda por escapar a la muerte a través de la fe en el racionalismo y la ciencia. En este ensayo analiza con maestría los desafíos científicos que se plantearon para superar la muerte en la Inglaterra victoriana y los inicios de la U.R.S.S. para poner el broche final con una brillante conclusión.

El ensayo de Gray se divide entre el espacio dedicado al análisis de la emergencia de la parapsicología en la época victoriana inglesa, convertida en una pseudociencia –y me atrevería a decir que casi en una religión-, los deseos pseudocientíficos de convertir al hombre en un ser divino por parte de los “constructores de Dios” soviéticos y el cierre final con el que se reflexiona sobre esta obsesión y el sentimiento de insatisfacción vital que encierra.

A lo largo del primer bloque asistiremos a los orígenes de esta renovada fiebre a través de las sesiones de espiritismo a las que asistieron ilustres figuras como Charles Darwin y George Eliot, para asistir a la evolución y consolidación de este movimiento a medio camino entre la religión y la ciencia que dio lugar a la creación de la Sociedad para la Investigación Psíquica, y una breve exposición del pensamiento de Henry Sidgwick en su búsqueda por superar las barreras de la muerte, así como el estudio de diferentes figuras intelectuales que durante la primera mitad del s. XX se sintieron atraídas por la idea de poder establecer contacto con el más allá. En este bloque asistimos al desfile de personajes obsesionados con el contacto con seres de ultratumba que se dejan seducir y engatusar por médiums, videntes y otros pseudocientíficos de lo paranormal que en pleno s. XXI no dejan de resultar inocentes y crédulos ante los fenómenos que creen experimentar y que constituyeron la base sobre la que más tarde las autoridades soviéticas trataron de superar a la muerte.

El segundo bloque es un recorrido histórico por las obsesiones de las autoridades soviéticas de principios del s. XX en pro de alcanzar las metas de inmortalidad del ser humano, a través de la construcción de un nuevo ser humano que lograra forjar un futuro mejor (aunque ello fuera a costa del sacrificio de millones de seres humanos). En este bloque el eje narrativo recae en H.G. Wells y su relación con las autoridades e intelectuales de la U.R.S.S. de la época como Lenin o Gorki, jalonado por una intrahistoria de espías, romance y asesinatos realmente sugerente, a lo largo de la cual se nos muestra los horrores que el fanatismo genera en una sociedad cuyos líderes estaban obsesionados con superar a la muerte mientras promovían y alentaban la misma entre millones de seres humanos. Por estas páginas desfilan intelectuales místicos rusos como H. Blavatsky o P. D. Ouspensky que nos hablan de un positivismo alejado del racionalismo y que, como en el caso de los espiritistas victorianos, ancla sus bases más en lo paranormal y la fe en la existencia de vida más allá de la muerte, más que en hechos científicos.

El deseo de superar a la muerte de la mano de la pseudociencia espiritista de los victorianos ingleses y del racionalismo místico de los bolcheviques es una historia que resulta apasionante, dado que encierra en su seno uno de los deseos humanos más universales como es superar a la muerte y en algunos momentos demasiado absurda y e irracional, al mostrarnos con crudeza la relación entre la ciencia y el misticismo en una de las épocas intelectuales que más contribuyeron a forjar los orígenes de nuestra ciencia.

 

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