Historia de un extraño año sabático
Por Gemma Juan Giner
¿Que harías si tu marido o un miembro de tu familia se metiera un día en la cama vestido y con zapatos, por un tiempo indeterminado?
Eso es lo que le ocurre a Eva, la protagonista de la novela “La mujer que vivió un año en la cama”, una novela completamente diferente a lo que estoy acostumbrada a reseñar, que suele ser normalmente literatura erótica. Sin duda, esta novela tiene un título y una portada que llama la atención de cualquiera. Cuando lo tuve entre mis manos y leí la sinopsis todavía me pareció más atractiva. Es realmente una historia sencilla de una mujer sencilla con una familia un tanto extraña.
Yo quizás hubiera preferido que la historia hubiese sido contada por la protagonista, para poder llegar a saber todos sus pensamientos, ya que decidir pasar un año en la cama no es algo que se nos pase a todos por la cabeza; pero no. El narrador es omnisciente y nos va relatando poco a poco toda la historia de Eva y de la gente que la rodea (sus hijos, su madre, su suegra, su marido y la amante de su marido).
Todo comienza cuando sus mellizos superdotados (Brianne y Brian Júnior) se van a estudiar a la universidad. En ese momento, Eva toma una drástica decisión. Cruzar la puerta de su habitación y meterse en la cama en pleno día con la intención de alejarse del mundo y poner en orden sus pensamientos para intentar comenzar una nueva vida. Las reacciones no tardarán en llegar. Para todos los miembros de su familia a Eva “se le ha ido la pinza” y la tachan enseguida de enferma y de loca, pensando que ya se le pasará. Ninguno de ellos apuesta por el camino más complicado, el de averiguar las razones profundas, los motivos, el porqué de su determinación. Menos mal que ahí estará Alexander, una persona muy especial para ella, que la intentará ayudar en todo lo posible.
De este modo, es desde esa cama donde Eva tendrá que enfrentarse a su infelicidad y a las decepciones de su vida (la más importante de todas y la causa de su infelicidad es haberse casado con Brian sin estar enamorada) y poco a poco ir deshaciéndose de lo que ya no considera imprescindible en su vida. También irá descubriendo aspectos de su marido que antes no conocía.
Y es que, aunque ni siquiera ella sabe con toda certeza porqué no quiere levantarse de la cama, motivos no parecen faltarle: su marido Brian le es infiel, ella carga cada día con el grueso de las tareas domésticas y sus hijos los gemelos Brianne y Brian Júnior ya han levantado el vuelo, están en la universidad, ya no parecen necesitarla.
Es por todo esto, que conforme una va leyendo la novela va cogiéndole mucho cariño a Eva, ella es la típica madre y esposa 100% trabajadora y, por el contrario, Brian es un hombre que vive por y para su trabajo dejando a sus hijos en un segundo plano, además de vivir muy cómodo debido a que su mujer se lo de todo hecho. Por eso, cuando Eva decide quedarse en la cama, Brian tendrá que espabilar o la casa se le caerá encima.
Pero… ¿Cuales serán las verdaderas razones de Eva? ¿Será su periodo sabático una forma de protesta ante las injusticias del mundo, o simplemente una reivindicación de la dignidad como mujer?
Eso os lo dejo a descubrir a vosotros, porque está claro que esta novela hace reír y hace pensar. ¿Os animáis?