La venganza se sirve muy fría
Por Vanessa Díez
Ira acumulada durante años, una traición, no cualquiera, pues te falló uno de tus mejores amigos, aquel por el que lo habrías dado todo, hasta la vida. El destino te lo vuelve a cruzar, es el momento de ajustar cuentas, de devolver el golpe, de soltar tu dolor consiguiendo el suyo, pues no eres capaz de perdonar que te fallara en el pasado. Ahora sólo quieres verle sufrir.
Sick Boy vuelve de Londres, había intentado abrirse camino; pero se ve obligado a volver, a dónde había prometido no volver jamás, a su barrio de siempre. Con sentimiento de ser un perdedor se abre camino de nuevo, quedándose el pub de su tía (me pareció curioso que la mujer se fuera con su amante a Alicante). Con una imagen de empresario impoluto por un lado sigue en la trastienda moviendo los trapicheos de siempre. Las estafas están a la orden del día. Además esta vez quiere cumplir su fantasía de acostarse con mujeres y grabarlo, orgías con guión y en diferentes planos, la industria del porno es su nueva ambición.
Los personajes de Trainspotting tras diez años sin verse regresan a la escena de Edimburgo. La pandilla ha cambiado. Las miserias de cada uno han evolucionado, a mejor o a peor, según cada uno. Ya sea la cárcel, la droga o una vida desordenada, cada uno amontona demonios en su armario. Acaban viéndose las caras. También hay personajes nuevos, fruto de la película porno, tres universitarios que aspiran a ser guionistas, sumarán experiencias reales más allá de las utópicas paredes de la universidad.
Nikki Fuller-Smith es la estrella de la pantalla. Una chica que quiere vivir al máximo puede quemarse, el chico malo es excitante, te lleva al límite, debes decidir si cruzar o no la línea. ¿Cuánto daño puede hacerle a una mujer el paso del tiempo? El miedo a dejar de ser atractiva para el sexo opuesto, quedar pruebas para la posteridad de que fuiste un cuerpo irresistible para muchos hombres, sentirte deseada aunque sea a base de las pajas ajenas.
Irvine Welsh te pone en situación en esta novela, realmente te imaginas sus escenas más calientes, además de llamar como siempre a las cosas por su nombre, sin ningún eufemismo. Una película porno da bastante juego. Disfruté más “Porno” que “Trainspotting”, fluía más, pero comparten muchos ingredientes, pues la primera es el germen de la segunda. Sexo, mujeres, dinero y venganza. El ego masculino se encumbra en la industria del porno, ¿qué mejor forma de dejar clara la superioridad de uno que con una película porno? Pero los planes no siempre acaban como uno los imagina, por mucho que se someta a los demás.