Además, lo sabe todo el planeta: Sara ha muerto
Por Ana Olivares
Así se inicia esta segunda entrega de “Odio el Rosa”, donde su protagonista, Sara Lear, ha sido expulsada de la marca Sweet Pink para la que trabajaba, debido al revuelo que formó su famoso blog reivindicativo “Odio el Rosa”-hechos de la primera novela-. Su popularidad no es suficiente para aplacar las ansias de venganza de Juliette (Directora de Sweet Pink), quien simula que la cantante ha tenido un accidente de esquí y ha muerto. Actualmente Sara sólo es la sombra de Lynda Largson, la nueva identidad que le ha ofrecido Juliette para desvincularla de su marca. Tras expulsarla del barrio en el que vivía y obligarla a someterse a un cambio de estilismo radical, apenas se reconoce. Asimismo debe soportar la difícil situación económica a la que se enfrenta su familia- con reproches de madre y hermana incluidos- mientras trata de recuperar lo poco que le queda de ella misma: su blog y su actividad en la red clandestina. Entre tanto, comenzará un nuevo trabajo en una empresa de cazatalentos a través de la cual se reencontrará con viejos conocidos, como Luxor (hijo de Juliette) o con el enigmático bloguero Dani Dark. Sin embargo, Lynda es amenazada, alguien quiere revelar su secreto y trata de mantener su anonimato. Hasta que comprende que nadie puede escapar de la invisible telaraña conformada por las despiadadas corporaciones.
En esta segunda entrega, regresamos al mundo futurista (año 2055) donde las todopoderosas multinacionales controlan el mundo, hacen y deshacen el destino de nuestros protagonistas a su antojo, mientras éstos tratarán de luchar por sus propios ideales aunque ello suponga el fin de sus exitosas carreras. Detrás de los estereotipados personajes que fluctúan en la vida de Lynda (Sara), tan sólo Dark merece su atención por su autenticidad, porque tiene las mismas ganas que ella de ser libre y porque no tiene miedo a las marcas.
En mi opinión, lo mejor de esta novela es el futuro apocalíptico que augura para nuestra sociedad, a modo de crítica implícita en la trama. Es una mezcla de Un Mundo Feliz de Huxley en cuanto a la estructura y organización social; con pinceladas de 1984 de Orwell, por el entramado que han elaborado las multinacionales para condicionar la conducta humana; pero con un escenario propio, del tipo la película Total Recall (El vengador del futuro. 1990) pero sin alienígenas, claro está. Odio el Rosa es más del estilo de un videojuego, por su estética refinada, sus sofisticados elementos futuristas y por su innovadora forma de combinar las nuevas tecnologías con las nuevas generaciones de lectores. Lo llamativo e ingenioso de esta novela es que ofrece la oportunidad de interactuar en la historia a través de las diferentes páginas webs que encontramos entre sus capítulos. De hecho existe el Blog Odio el Rosa y otros muchos más, creados exclusivamente para deleitar a los jóvenes que pretendan ahondar aún más en la historia de Sara y Dani. Y la oportunidad de participar de forma interactiva en una novela juvenil de tintes futuristas, pero muy actuales, es la clave para que “Odio el Rosa” se convierta en todo un éxito editorial de Oxford.
Ana Alonso y Javier Pelegrín, son un matrimonio que comparte vida y mente, ya que suelen unirse para escribir la mayoría de sus libros, aportándonos dos puntos de vista totalmente diferentes-femenino/masculino- que congenian a la perfección con el cambiante y mutable mundo adolescente, sin olvidarse de que sus lectores ya son semi adultos y merecen verse reflejados en sus personajes.