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Thom Yorke pone ritmo a Suspiria.

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por Sandro Maciá

Guanadnino y Yorke, juntos en Suspiria

¿Habrá que alimentar a las musas de alguna manera? ¿Será el talento, de alguna manera, fácil de atraer? Ay, amigos y compañeros, ojalá encontráramos la respuesta a tal enigma antes de dejar este planeta y pudiéramos saber si la inspiración, como tantas otras cosas, puede llegarle a uno poniéndole énfasis en su búsqueda; o, de lo contrario, si el ansioso buscador de ésta debe, lejos de mantener su ilusión, resignarse a que las ideas broten de su cabeza cuando estas decidan…

Sin embargo, como nadie –o casi nadie, porque bien dudoso resulta que algunos hayan sido tocados por la varita de la inspiración tantas veces- puede ofrecernos el secreto de esta caprichosa virtud, no nos queda más que unirnos al resto de mortales que, ya sea desde la envidia o desde la admiración, pueden disfrutar de los dones otorgados a la otra mitad, a esa fracción de privilegiados –sin desmerecer el trabajo, por supuesto- en la que se encuentran dos pesos pesados del panorama cinematográfico y musical que nos harán vibrar, cada uno en su campo, al ritmo de su esperado y visceral proyecto: Luca Guadagnino y Thom Yorke.

¿Extraña pareja? No. Brutal combo, más bien. Porque el maestro de la narración audiovisual que nos embelesó con Call me by your name, se ha propuesto conseguir que nos estremezcamos entre las sangrientas imágenes que dan forma al remake que ofrecerá de Suspiria, el clásico de Darío Argento, que ahora cuenta no sólo con la contundencia de su talento como director, sino con el valor añadido –y he aquí la bomba- de expandir su oscura atmósfera más allá de lo visual gracias a una banda sonora que ha compuesto el vocalista y compositor de Radiohead.

Como oyen. Si no fuera suficiente el éxito que se le augura a Guadagnino con la revisión de la citada obra de culto, el señor Yorke nos congratula con su Suspiria, Music for the Luca Guadagnino Film (XL Recordings / Everlasting Popstock), una muestra de 25 composiciones que mezcla canciones instrumentales, piezas intersticiales e interludios y temas de interpretación vocal.

Es el caso de Suspirium, una de las tres tracks que cuentan con la voz de Yorke – “Unmade” y “Has Ended” son las otras dos- y que podremos escuchar más de una vez a lo largo del film, dejándonos llevar por su oscura instrumentalización, sus toques dulcemente rítmicos y una susurrante armonía vocal que conforma el acompañamiento perfecto para el imaginario que Guadagnino ha creado en su recreación “suspiriana”. Un aderezo bien empastado, vaya, que nos sumerge en el clima agobiante y sensacional de la película, llegando incluso a transmitirlo de forma independiente, siendo perceptible tanto durante la visualización de la cinta como de manera introspectiva, sin imagen que valga.

Compuesta y arreglada por Thom Yorke Y grabada y producida por Thom y Sam Petts-Davies, Suspiria no deja de lado los habituales sintetizadores del alma de Radiohead. Ni mucho menos, pues estos, además de estar presentes en sus baladas, aparecen ahora influenciados por el Krautrock y el halo del Berlín setentero, pasando del caos a al recogimiento en cuestión de segundos.

Al margen de todo lo anterior, no menos destacable resulta tener en cuenta que el álbum, que se editará en doble vinilo de color rosa y doble Cd, cuenta también con el Coro y Orquesta Contemporáneos de Londres, así como con Noah Yorke en la batería de “Has Ended” y “Volk”, y Pasha Mansurov en el solo de flauta de “Suspirium”.

Corran, corran antes de que la sangre nos salpique los tímpanos.

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