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Cuentos de buenas noches para adultos estresados de Lucy Mangan.

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por Lara Vesga

Televisiones, ordenadores, tablets, smartphones… Son estas tecnologías las primeras que nos dan los buenos días por las mañanas y las buenas noches al acostarnos. Aunque está más que demostrado que sus pantallas blancas y sus contenidos nos quitan el sueño, favoreciendo que el insomnio sea cada vez más común o que durmamos menos horas de las necesarias, nos seguimos aferrando a ellas.

«Cuentos de buenas noches para adultos estresados» pretende devolvernos la buena costumbre de leer antes de dormir, una práctica que sí favorece el descanso. El libro reivindica su lugar en la mesilla de noche, el destierro del móvil al lugar más alejado de la habitación. O mejor, de la casa. Propone lecturas en prosa y verso que nos arrullan, que nos tranquilizan, que nos desestresan, que en ocasiones nos devuelven a la infancia, cuando nuestros padres nos leían antes de dormir. O que nos recuerdan aquellos tiempos no tan lejanos de la era anterior a los smartphones en la que nos quedábamos dormidos con un libro entre las manos y las gafas haciendo equilibrio en la punta de la nariz.

Deja Instagram, Facebook, Twitter… es posible y sano evadirse de las preocupaciones cotidianas leyendo en cambio a Lorca, a Chéjov, a Tolstói o a Oscar Wilde. Volviendo a disfrutar con fábulas como Al este del sol y al oeste de la luna, en la que un campesino muy pobre se ve en la obligación de entregar a su hija menor, la más hermosa, a un gran oso blanco que le promete a cambio grandes riquezas. Siente El viento en los sauces en el extracto de la obra de Kenneth Grahame donde cuenta la historia de un curioso topo aventurero que conoce a un ratón de agua en uno de sus viajes.
El poema Dormir, de William Wordsworth te hará relajarte contando ovejas y oyendo abejas. Releerás el capítulo de la extracción de la espada del Rey Arturo, enterrado en algún rincón de tu memoria. Y también una píldora de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. En las páginas de este libro también encontrarás relatos de Gustavo Adolfo Bécquer y un interesante debate en un club de lectura llamado Lunch Club y regentado por una serie de damas en el que la incógnita será descifrar a qué hace referencia la palabra Xingú, que aparece en la última obra que han leído.

Podrás recuperar también un extracto de Heidi, tras el que a ti también te apetecerá dormir en la cima de una montaña encima de paja y tapada con unas viejas sábanas junto al abuelo, Pedro y las cabras. Y si aún así no has conseguido coger sueño, el libro incluye hasta alguna nana. Solo queda abrirlo, elegir un cuento y dejarse llevar. Dulces sueños.

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