El cuarto de Giovanni de James Baldwin

El cuatro de Giovanni de James Baldwin

​‘No sé muy bien cómo describir aquel cuarto. Se convirtió, en cierto sentido, en todos los cuartos en los que había estado, y todos los cuartos en los que me encuentre después me recordarán el cuarto de Giovanni’

Ambientada en el bohemio París de los años 50, ‘El cuarto de Giovanni’ nos trae la dura historia de David, un estadounidense que acaba de mudarse a París con el fin de encontrarse a sí mismo mientras que Hella, su pareja, está de viaje por España, consecuencia de un parón que necesitan ambos en su relación.

En una de sus noches parisinas, David conoce a Giovanni, un joven apuesto con quién acaba compartiendo un romance tórrido, desenfrenado y loco. Dando rienda a la pasión, ambos entran en una dinámica de dependencia, necesidad y libertad estando juntos, en una burbuja que cada cual vive y entiende a su manera bajo el prisma del deseo, el cariño y la pasión.

David no tiene mucho dinero y debe abandonar el lugar en el que vive, pidiéndole constantemente dinero a su padre para poder mantenerse; un padre que lo único que espera de su hijo es que lleve la vida que él considera que tiene que llevar, y nada más.

Es Giovanni quien, tras conocerlo, lo invita a compartir su cuarto, lo que le permitirá ahorrar un poco más. Pero, tras una temporada, sucede lo inevitable: Hella debe regresar de España para unirse con David, quien se verá obligado a dejar esa ‘vida oculta’ que está llevando con Giovanni para poder hacer lo que absolutamente toda la sociedad espera de él: estar con una chica, casarse y tener hijos.

Pero esto es algo que Giovanni no va a llevar demasiado bien, y al final el triángulo amoroso en el que se ve envuelto David tendré que explotar por algún lado.

Un estilo meticuloso, impecable y delicado es lo que caracteriza la pluma de James Badwin quien, desde el dolor, el desgarro y la casi humillación nos recoge esta historia protagonizada por David y Giovanni en una época en la que ser homosexual era cruel condena, vergüenza y desfachatez.

Una obra con gran trasfondo que te hace replantearte hasta qué punto la no aceptación de tu identidad puede influir en el transcurso de tu vida y, sobre todo, qué relevancia tienen las tendencias culturales de tu época en tus actuaciones y pensamientos.

Creo que, en la sociedad actual en la que vivimos y con los avances en materia de diversidad, igualdad e inclusión que estamos notando, todos deberíamos leer obras maestras como esta para poder ser conscientes de la lucha que, personas como nosotros pero que no tuvieron la suerte de nacer en nuestra época, tuvo que sufrir la condena de ser relegados a prácticamente escoria de la sociedad por guiarse por sus sentimientos y emociones.

Unos personajes tan bien definidos, con tanto tacto y cariño, que es imposible no empatizar con ellos y cogerles cierto aprecio, lo que hace que cada emoción que te inspire cada uno se intensifique a medida que vas adentrándote en la historia.

Justo cuando se cumple un centenario del nacimiento de James Baldwin y dada su condición de referente de la literatura queer, la Editorial Sexto Piso inaugura lo que han llamado ‘Biblioteca James Baldwin’, y lo hace sacando esta edición de ‘El cuarto de Giovanni’, bajo la traducción de Ismael Attrache. Y esto nos llega gracias a que los herederos del autor hayan decidido apostar por recuperar la obra de Baldwin en España y poder darle así la importancia que tiene este gran y referente autor. Baldwin fue un autor que se describía a sí mismo como ‘negro, feo y pobre’ y que desempeñó un papel muy importante en la lucha por los derechos de las personas homosexuales y afroamericanas en los Estados Unidos.

Una historia de culpabilidad, de no aceptación y de fingir lo que no eres: ‘El cuarto de Giovanni’ es una lectura que duele, pero que se hace necesaria, demasiado incluso.

Y es que, como todos sabemos, en la vida hay muchos libros que hay que leer al menos una vez y, para mí, este libro acaba de convertirse en uno de ellos. Una necesidad que no sabía que tenía al descubrir a este gran autor de la mano de Sexto Piso. Una obra en la que las palabras no escritas y los sentimientos no descritos cogen mucho más peso que lo que realmente leemos.

‘No parecíamos un padre y un hijo, comentaba él a veces con orgullo, sino amigotes. Creo que a veces mi padre lo creía de veras. Yo nunca lo hice. Yo no quería ser su amigote; quería ser su hijo. Lo que entre nosotros aparentaba ser franqueza masculina me agotaba y me horrorizaba’