Oso de Julia Phillips
por Lara Vesga
La premisa de partida de «Oso» pudiera en principio no parecer gran cosa: la historia de dos hermanas que se matan a trabajar para sacar adelante a su madre enferma y en mitad de cuyo trajín diario, un día, aparece un oso que ronda por su casa familiar. Pues eso es lo mejor de esta novela, caer en el abismo de sus páginas sin esperarlo con un relato cotidiano pero oscuro sobre las obsesiones que nos atrapan hasta controlar nuestras vidas, sobre los sueños que delimitan nuestra frontera vital y sobre los insondables lazos que nos unen a las personas y a la naturaleza.
Julia Phillips (1989, Nueva Jersey, Estados Unidos) firma una fábula moderna brillante y extremadamente cautivadora que nos arrastra al día a día de Sam y Elena, dos hermanas cuya meta es irse lo más lejos posible de la isla donde nacieron y en la que invierten todo su tiempo en pagar las costosas facturas médicas de su madre, que sufre una enfermedad de la que las tres saben que morirá más pronto que tarde. Sam atiende el bar de un ferry que pasea a los ricos turistas del continente, mientras Elena es camarera en el club de golf local.
La vida de las hermanas no tiene nada de emocionante y se sucede entre turnos interminables de trabajo, visitas al médico con su madre y la atención a esta y las tediosas tareas de su viejo hogar, cuya futura venta es la salida que ven a todos sus males y la puerta abierta a una vida diferente y mejor. Sin embargo, un día, así sin más, aparece un oso en la puerta de su casa y las hermanas reaccionarán de manera muy distinta a esta insólita aparición: Sam, aterrada, solo ve en el animal otro motivo más que añadir a la larga lista de razones para abandonar la isla. Pero Elena reacciona con fascinación a la presencia del animal, tanto que comienza incluso a cuestionar sus sueños de huida, algo que a su hermana le asusta más que cualquier otra cosa en el mundo, animales salvajes incluidos.
Fascinante y enigmática, Oso remueve como solo la mejor literatura sabe hacer, mostrando en apenas 300 páginas la vida entera, con sus aspiraciones, sus fracasos, sus anhelos, sus alegrías, sus tristezas, sus miedos y toda su gama de afectos. La historia produce una suerte de encantamiento de la que es complicado salir una vez adentrados en ella, y todo cobra un mayor sentido al comprender que todos anhelamos (o evitamos) un oso como el que titula la novela en nuestras vidas, aunque ese oso para cada uno tenga una significación muy diferente.
Con una trama que va oscureciéndose y enredándose a medida que avanza la historia, unos personajes que reflejan todo lo que el ser humano es o puede llegar a ser y un final que es un auténtico bombazo, Oso, puedo decirlo, es para mí el mejor libro de los que he leído en lo que va de año y uno de los que, sin duda, recomiendo y recomendaré a cualquiera que me pida opinión al respecto.