Analizando aquellos años de la transición
Por José Luis Sola
Mucho se debate en estos días sobre el Régimen del 78 y sobre el Bipartidismo encarnado en la alternancia política entre PSOE y PP, ¿y UCD? La Constitución de 1978 es fruto de cómo integrar a todos en un país políticamente plural, democrático y en el que sean respetados los derechos humanos sin distinción de clases sociales.
La Guerra Civil de 1936 y el entierro de la II República tuvo como consecuencia el establecimiento de una Dictadura, que según la clasificación de J. Linz se corresponde con un Régimen Autoritario, donde las libertades y derechos fundamentales no estaban ni reconocidos y menos garantizados, donde la represión, la tortura y el férreo control ejercido por la BPS (Brigada Política Social) y la DGS (Dirección General de Seguridad) eran habituales y diarios.
Pese a que la Democracia orgánica quería controlar todo y a toda la ciudadanía, que se persiguiera a los disidentes, donde los grupos que pensaban de una forma diferente eran perseguidos, torturados, encarcelados llegando a extremos insospechados. Era un Régimen en el que todo lo negativo estaba originado por el complot judeo-masónico-comunista en el que los disidentes tenían la etiqueta de rojo. Un país en el que se realizaban distinciones entre buenos y malos, ricos y pobres, fascistas y comunistas, un país donde la libertad de opinión, la libertad de expresión, la libertad de prensa o la libertad de pensamiento eran un ideal a conseguir, donde todo estaba controlado, atado y bien atado, donde incluso había problemas para escribir literatura, eran tiempos de censura y censores.
Este es un libro que analiza los últimos años del Franquismo, la muerte del Generalísimo, la llegada de Juan Carlos I al trono y la aprobación de la Constitución, todo ello en un contexto de crisis económica (Crisis de 1973 o Crisis del Petróleo), con las diferentes bandas terroristas asesinando diariamente sin discriminación alguna, donde reinaba la diversidad ideológica, incluso dentro de la misma Falange (aperturistas y bunkeristas), socialistas en el interior y socialistas en el exilio, centristas, democrata-cristianos, monárquicos, socialdemocracia, comunistas, sindicatos de clase y Sindicato Vertical.
El debate no sólo era República o Monarquía, el debate no era Centralismo frente a Federalismo, los puntos de ruptura eran incluso mayores, partidarios de Don Juan y Partidarios del que fuera Rey Juan Carlos I, el debate era cómo integrar a todos los grupos políticos, cómo combatir la intransigencia del ejército, cómo llegar a tener una democracia al estilo europeo, otro de los debates era economía planificada frente a economía liberalizada o economía mixta de mercado.
Retomo el concepto de Régimen del 78, intentar afirmar que es un régimen caduco y que hay que acabar con él, me parece desacertado. En primer lugar, hubo muchas personas que lucharon desde la base contra la Dictadura, (muchas de ellas se jugaron la vida por traer a este país la Democracia). En segundo lugar, la situación política, social y económica en la que se encontraba el país era catastrófica, a ello hemos de añadir el proceso de descolonización del Sáhara, del cual nos desentendimos -proceso que sigue abierto-, la Crisis del petróleo que acrecentó los problemas económicos, un país económicamente empobrecido por una élite política instalada en el caciquismo, sin derechos sociales ni laborales.
La Constitución española no es perfecta, pero fue el fruto del trabajo de muchas personas, partidos políticos y movimientos sociales como los sindicales o los vecinales. Es cierto, hay que cambiar cosas, en unos casos actualizar, en otros derogar y en otros añadir, pero habrá que construir una mayoría social amplia para poder hacerlo, implantar un sistema ex-novo sin consenso nos lleva al fracaso.
Para finalizar, la transición fue un proceso en el que todos tuvieron que ceder, el Partido Comunista tuvo que aceptar la Monarquía, los partidos de ultraderecha y el ejército tuvieron que aceptar la legalización del Partido Comunista, fue un momento donde había que consensuar las leyes. Definitivamente, eran tiempo convulsos, un paso en falso podía haber llevado al país a 1936 de nuevo o ¿por cuanto tiempo más tendríamos que esperar a las fuerzas ganadoras del 45 de la II Guerra Mundial?
Memorial de transiciones es una obra de Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona (Madrid, 1939), jurista, filósofo y político centrista, se licenció en Derecho, con Premio Extraordinario, y en Filosofía.