Lorenzo Silva ha sido uno de los escritores del segundo ciclo Cada Cual
Por Francisco Gómez
La noche es negra como mi alma, como los personajes que han aprendido a tejer una malla de maldad en sus entrañas, como las novelas que levantan las faldas oscuras de esta sociedad impía.
No sé si este podría ser el principio de una de las historias de la pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, ideados por el escritor Lorenzo Silva, que hace una semana estuvo en el ciclo Cada Cual, encuentro con autores contemporáneos del Gil-Albert en Alicante
Silva, ganador en 2012 del Premio Planeta con «La marca del meridiano», séptima entrega de esta afamada pareja de la Benemérita, soltó una perla en su charla. «Yo no me planteo librar a Bevilacqua de la Guardia Civil sino jubilarlo dentro de 10 años. Si lo dejan, lo jubilaré. Estará en un momento de madurez, con mucha experiencia y ojo clínico y quizás se pase a la empresa privada que le puede plantear un dilema importante y más si sigue teniendo responsabilidades familiares».
El escritor madrileño, lector voraz y de amplios registros como autor de libros de viajes, relatos, artículos, narrativa infantil y juvenil, ensayos sobre la obra de Kafka, a quien lee desde los 15 años y lo ha leído todo como a uno de los padres de la novela negra americana, Raimond Chandler, señaló que ahora está embarcado otra vez en el teatro y en una novela experimental y se plantea como homenaje a Kafka, darle una conclusión a «El Castillo, con una estructura. ¿Quién sabe si éste no será su proyecto de novela experimental en marcha?
Lorenzo Silva es amante de acercarse a un amplio campo de territorios literarios aunque «no me preocupa que digan que soy un escritor de novelas policíacas. Los lectores deciden la visión que tienen de ti pero yo tengo la jurisdicción sobre mi territorio».
«No preveía que esta pareja de guardias civiles tuviese tanto éxito. Quise liberarme de la necesidad de copiar la novela negra americana. Quería mirar la realidad oscura para trascenderla y lanzar un mensaje simbólico», apunta quien recibió el 15 de noviembre de 2010 el título de Guardia Civil Honorífico por su contribución a la imagen del Cuerpo. Lorenzo Silva señaló además que muchos de los casos más importante y notorios de la crónica negra española los han llevado y resuelto guardias civiles. «En la Guardia Civil ha acabado gente muy preparada que no estaba llamada a ser guardia civil. Doctores en Derecho, biólogos. Es más normal que un guardia civil sepa inglés que la mayoría de la población normal».
Silva señaló que le interesa escribir en primera persona con sus personajes de la Benemérita, como un homenaje a Chandler, «y seguiré jugando con la primera persona hasta que se jubile. El riesgo es la autocomplacencia». El autor de «El alquimista impaciente», Premio Nadal del año 2000, aseguró que muchas de sus obras parten de la observación para pasar después a la fabulación, al arte de crear y construir una historia, donde Silva es un maestro.
A sus 46 años, Lorenzo Silva tiene mucho que ofrecer en el amplio abanico de teclas que toca con precisión y habilidad de narrador curtido en sus negros campos de las letras, los libros de viajes, el articulismo, los relatos y sus libros para los niños y jóvenes.