UA101349465-1

A giant dog presentan Toy.

k

por Sandro Maciá

Cuarto Lp de la banda de Austin

¿Seguimos con nuestra oleada de singles Seguimos, amigos y compañeros. Y bien contento que se pone uno, no vayan a creer, aunque ya empiece a llegar al dedo en esto de morderme las uñas durante los meses previos a la llegada de todos los discos precedidos por estos sencillos de adelanto.

Sin embargo, como bien saben, aquí el que es inquieto lo es de por vida y, gracias a eso, siempre acabo por encontrar una cura, una solución que apacigüe al cuerpo en este tiempo pre-lanzamientos y que me ayude, al menos, a no acabar queriendo terminar con las reservas de Trankimazin de todo el vecindario. Un remedio, vaya, que esta vez viene de bien lejos –mola, ¿eh?-. Un subterfugio para el cuerpo y la mente que, siendo concretos, se nos presenta como uno de los descubrimientos del otoño: A Giant Dog, una banda de Austin que llega a nuestro país para presentar en directo su cuarto Lp, Toy (Merge Records, 2018), del que se hablará –y bailará- no poco.

Y no es para menos, porque si dignas de comentario son las honestas y directas letras de cada uno de los cortes del disco, tampoco cortas se quedan sus estructuras sonoras en cuanto a ritmo y fusión estilística, lo que permitirá a los asistentes de cada uno de sus shows –corran, que lo hará sólo por unos días en Barcelona (31.10), Pamplona (01.11), Madrid (02.11) y Benidorm (03.11, en el Funtastic Drácula Carnival)- disfrutar de un derroche de ruidosos y electrizantes ritmos, siempre matizados desde el glam y el pop de aire “blondieniano”.

¿Será que giran por primera vez en España? ¿Puede que el sello “made in America” que se les cuelga siga siendo motivo de atracción en nuestra tierra? No se esfuercen en buscar cuáles son las razones que nos llevan a poner el ojo en esta formación, pues ya les doy yo, además de estas que acabamos de exponer, otras trece: las que suponen cada una de las canciones de Toy y las que hacen de este trabajo un proyecto de reconocibles hits, gracias a las pegadizas melodías de Slade, el estiloso glam de Marc Bolan, la fantasía de Alice Cooper, el ingenio de Sparks y, cómo no, el arte de Stuart Sikes y Andrew Cashen –encargados de la grabación y producción del disco, respectivamente-.

Pese a su dulce nombre, Toy engloba ese salvajismo que –nos consta- Sabrina Ellis, su frontwoman, sabrá expresar durante la interpretación de aquellos temas que sean elegidos para poder hacer de cada concierto una fiesta, como ya ocurre en el propio disco, tal y como podemos comprobar desde la guitarrera Get away hasta la suave pero creciente Survive, sin olvidar piezas como la animada Fake plastic trees, la rockera Toy Gun, la casi “ramoniana” Photograph, la reverberada Tongue tied o la festera Making movies.

Un buen trabajo y una buena oportunidad para acercarnos a este “perruno” grupo que, además, cuenta con la originalidad de no cortarse en nada, haciendo de sus letras auténticas confesiones de sus frustraciones personales, miedos y deseos, consiguiendo que “se conviertan en pensamientos universales”.

Así pues, universalicémonos con ellos.

Share This