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Pau Vallvé nos invita a su Costa-Roja.

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por Sandro Maciá

Nuevo disco de Pau Vallvé

Acudir a la inspiración como concepto para poder plantear lo que inspiran en mi las obras de algunas personas puede ser calificado, como mínimo, de “metaejercicio”. Y lo entiendo, no se crean, pero ¿de qué otra manera podría yo lanzar al mundo mi propuesta semanal musical, mi humilde reseña, si no fuera atendiendo a que es la propia capacidad inspiracional que tienen algunos artistas la que me lleva a dar forma a los párrafos que servirán para dar a conocer a polifacéticos creadores como el que hoy nos ocupa?.

De ninguna otra forma, ya les digo. Por eso recurro a la suerte que tienen aquellos privilegiados de los que emana la gran cualidad de crear y crear multidisciplinarmente, de hacer de este mundo un lugar –al menos- más ameno, de explorar los recodos de un arte en sus distintas vertientes… Porque solo así, dejándome llevar por esa –sana- envidia que me generan estas personas, es como puede presentarse a un músico tan generalmente polifacético como concretamente concienciado como el que ahora llega a LEV. 

Un músico que responde al nombre de Pau Vallvé y que recientemente ha autoeditado una nueva joya sonora para continuar haciendo grande –en todos los sentidos- su nutrida carrera musical, su COSTA-ROJA (Sesiones de ensayo en medio de la nada).

Casi imposiblemente clasificable en un orden o un espacio estanco dentro de todo su haber creativo -¿ven ahora la lógica admiración que despiertan en mi los artistas como el señor Vallvé si les digo que dentro del arte de combinar sonidos puede presumir de inagotable talento al frente de la producción, la composición, la interpretación y hasta el management?-, salvo por aquello de ser puristas en lo que a cronología se refiere, Costa-Roja vuelve a ser una gran oportunidad para reencontrarnos con este joven catalán de tímpanos y manos inquietas. Una ocasión nada desdeñable para viajar hasta las profundidades de unos mapas sonoros que ya han sido descubiertos en anteriores ocasiones y que, ahora, pueden volver a ser visitados con esa bonita mezcla de nostalgia y madurada reinterpretación.

Y es que, como el mismo Vallvé cuenta al hablar de este último lanzamiento –hermoso hasta en su romántica edición, ya que únicamente se pondrán a la venta 300 vinilos como soporte físico de distribución-, “la idea era inmortalizar las reversiones que hemos hecho con la banda de estas canciones de discos anteriores, que después de ser tocadas en directo han ido cambiando y cogiendo vida propia”.

¿Bonita idea? Preciosa. Porque gracias a esto podemos adentrarnos en seis cortes propios (siete, en realidad, teniendo en cuenta que se incluye una versión del There will never be another you que popularizó Chet Baker en los cincuenta), que invitan a contagiarnos del oscuro aire pirenaico –como ocurre en Benvingut als Pirineus, donde el rockero marco de su estructura se combina con voces potentemente reverberadas y toques de matiz electrónico-, a dejarnos embarrar por la añoranza de lo vivido –atentos a Un gran riu de fang, de ritmo más lento y tensos pasajes que descubren verdades entre contundentes versos y algún grito desgarrador-, a pasear entre las notas de Nem fent i endavant –donde Vallvé surca con su voz los mares que tejen unos dulces arpegios, que contrastan con la agridulce letra-, a ser partícipes de la melódica I jo pensant en quan vindràs –concreta en algunos momentos y dispersa en otros, pero siempre siguiendo una estructura que embauca y que destila sinceridad sin tapujos-, a mecernos con la sencillez de Que es fonguin els ploms –que va cogiendo amplitud poco a poco- y a dejarnos golpear por el onírico aire de La mirada de la gent que no pot més, de título tan crudo como su letra y su sonido.

Toda una experiencia. Eso es lo que puede llegar a ser COSTA-ROJA (Sesiones de ensayo en medio de la nada), todo un ejercicio de disfrute para nuestros oídos que tomó forma el pasado mes de abril junto a Valen Nieto (teclas, guit derecha y coros), Darío Vuelta (Bajo) y Victor Garcia (Batería) y que cuenta con un diseño propio del Vallvé, muy acorde a la esencia del disco.

¿Llegaremos a en medio de la nada? Puede que sí. Y, si no, disfrutaremos del camino canción a canción.

 

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