Camarón. La alegría y la pena de Irene Mala.
por Lara Vesga
Estamos ante un libro que habla de arte y artistas y es arte en sí mismo. De tapa dura, hermosa portada y preciosas ilustraciones de Irene Mala (Sevilla, 1978), retrata la vida y obra del más revolucionario cantaor de todos los tiempos: Camarón de la Isla. Pero no se queda solo en su figura, sino que también repasa los perfiles de otros muchos genios del flamenco, como Tomatito, Manolo Caracol o Paco de Lucía. Y asimismo habla a grandes rasgos de la importancia y la evolución del flamenco en España y en el mundo.
Esta biografía ilustrada que cuenta con la colaboración especial de Salva F. Romero (Sevilla, 1974), quien se ha encargado de la parte textual, debería estar en la biblioteca personal de cada lector, aficionado o no al flamenco. Esto es así porque la historia de Camarón fascina más allá de los gustos musicales de cada uno. Sus correrías cuando era un niño que cantaba a escondidas para sacarse un dinero. La fama que crecía de ese gitanillo pequeño y rubio, de ahí su apodo, que cantaba en la Venta de Vargas de una forma tan especial y que empezó a encandilar a su gente, a su pueblo, hasta llegar a oídos de grandes artistas que se percataron del talento del chaval.
Su salto “a los madriles”, al tablao Torres Bermejas, su unión providencial con Paco de Lucía, sus modos disruptivos en su vida y en su forma de entender el flamenco, su conversión, sin quererlo, en un mesías e icono inmortal de la música española. Camarón fue y es como el Michael Jackson del flamenco y por ello su biografía trasciende gustos, razas, filias, fobias, nacionalidades y cualquier sesgo posible. El artista consigue algo único, que es unir y representar a todos.
Pero «Camarón. La alegría y la pena» también habla de las sombras del artista. De sus rarezas, su repentina necesidad de soledad, su vicio al tabaco y a las drogas. Una mala vida que acabaría llevándoselo en el apogeo de su carrera, con un país y un mundo rendido a sus pies, a la pronta edad de cuarenta y un años.
El trabajo de Irene Mala y Salva F. Romero es redondo en forma y en fondo. Una delicia de lectura complementada por unas ilustraciones que dan sentido y enriquecen la historia de un artista bohemio e irrepetible que aún y por siempre brilla con intensidad desde el más allá.