Fee Reega y su nuevo álbum «Zoom».
por Sandro Maciá
Un título actualmente sugerente, una atractiva descripción de su propuesta y un misterioso halo de expectación placenteramente prohibida que engancha a partir de su presentación y se siente como propio tras la primera toma de contacto. Con semejantes precedentes a lo que viene siendo la recomendación habitual de nuestras virtuales y musicales letras, ¿quién podría resistirse a lo que hoy acontece aquí? ¿Quién tendría el valor de dejar de lado y pasar de largo de lo que nos trae una joven poeta y música desde el norte español? Yo no, desde luego.
Por eso, enamorado ya de los conceptos citados y aún procesando la melancolía que crece en mí al descubrir que el sabor a fin de verano puede ser, si no palpable, audible, caigo y les invito a caer en las melodías de quien se hace llamar Fee Reega, artista venida de Selva Negra para afincarse en Gijón, que estos días publica ZOOM, un álbum inspirado en la cuarentena y en esa sensación de cómo somos cuando nadie nos mira.
Misterio y sentimiento, como decía. ZOOM es un muestrario de canciones que componen un “retrato voyeuresco de lo que hacemos cuando nadie nos mira” y que, contextualizadas en “la memoria urbana de esa época pandémica que lo ha cambiado todo”, nos permite ir reconociendo y vislumbrando, desde lo más artístico hasta lo más cercano, ese caleidoscopio de sensaciones y situaciones que, por suerte para algunos y desgracia para otros, han ido pasando a la historia como invisibles para la sociedad durante estos tiempos de cuarentenas y recogimiento propiamente obligado.
¿Nos asomamos a esa caleidoscópica experiencia? ¡Claro! Proque ZOOM, desde su polisémico título -¿recuerdan la aplicación de video-reuniones?, ¿o quizá debamos referirnos a esa capacidad de los objetivos de las cámaras para inmiscuirse en nuestra intimidad más microscópica?- hasta su luminoso y envolvente sonido, nos llevará a conocer aún mejor a Fee Reega y a todo su imaginario pospandémico e íntimamente propio a través de temas como Un hombre hablando solo -”llevo semanas sin hablar”, reza en su letra -, Mañanas de sol y Transparente -ambas tan oníricas como directas-, Canción para Bebé y Boca Desastre -de aire más slow y natural- o las crecientes -estructural y sonoramente hablando- Fuera de mi y Dulce Fiesta, no menos importantes que el resto de tracklist, pero si bien significativas -y/o casi polémicas, como Lolito- en lo que se refiere al salto de la artista a la hora de mantener una línea que atraviesa los campos psicodélicos y slowpoperos, unas veces con el surrealismo por bandera, y otras con una tímida alegría que, sin perder el toque íntimo, invita al baile sin descartar la reflexión.
Grabado en plena época de distanciamiento social y editado por el sello La Synthesis (impulsado por Pablo Und Destruktion), Fee Reega vislumbra en ZOOM, su tercer álbum de estudio, cómo podemos llegar a ser sin estar a merced del escrutinio de los demás, un punto de vista nada irrelevante.