Dirty rock en Half Way There, con Dan Millson
por Sandro Maciá
¡Háganme saber de mis errores, por Dios! Bueno, no de todos -que uno no es perfecto y puede ser algo traumático lo de recibir críticas, por muy constructivas que sean, así de golpe-, pero sí de aquellos que atañen a los que aún amamos, por encima de modas y marketinianos intentos de proclamar estrellas “hitosas”, la buena música. Esas “idas de olla” que todos podemos tener. Esos derrapes o largas frenadas que cualquiera puede cometer cuando se deja sin ver, allá en el horizonte de los lanzamientos, trabajos tan brutales como el que el aquí tecleante se ha pasado por alto: ¡¡lo nuevo de Dan Milson!!
“Mea culpa” hasta decir basta. ¿En qué estaría pensando para cegarme con las luces de la carretera y no ver que desde el arcén nos estaba haciendo autoestop este discazo? Igual da. Lo que ahora importa es que hemos podido volver a transitar el camino recorrido y, por fin, detenernos para prestar la atención que merece a “Half Way There” (BMG, 2022), el último Lp de este británico criado en España, donde demuestra que su potente y sugerente voz -ambas, sí- no iba a ser un regalo disfrutable sólo en su primer EP -“Little Box of Treasures” (2017)-, en sus singles «Shine a Light” -que se convirtió en la banda sonora de la campaña publicitaria de la DGT en 2018-, “Lost Track Of Time” y “Queen Without A Crown” -con más de un millón de reproducciones solamente en Spotify-, en su paso por el SummerFest de Milwaukee -compartiendo cartel con Billie Eilish, Bon Iver, Jason Mraz y The Head and The Heart, entre otros-, en su “Home Part 1 & 2” -un doble EP de cuatro canciones compuesto, grabado, mezclado y masterizado en su propio domicilio durante la cuarentena- o sus temas “Get Out Of This” -qué viva ese folk “tuneado”- y “Devil”, inspirada en la serie “Peaky Blinders” y, aún más en concreto, en el brindis irlandés.
Demostrar, por ser cautos, porque ni falta hace que un talento así se justifique cuando en las manos de uno cae un disco como el ya nombrado “Half Way There”, compuesto por 10 cortes sin etiquetas, aunque con un estilo marcado por los riffs más vengativos hasta la alegría más espontánea, sin olvidar las melodías penetrantes y las dulces cuerdas que acompañan la pletórica y segura parte vocal.
Desde que presentara “Choke” -bien de dirty rock y bien de toque a lo Arctic Monkeys-, la sucesión de sorpresas que ha supuesto ir conociendo todo el tracklist del disco ha sido grata, muy grata, pudiendo recrearnos en la homónima canción que le da nombre -¿tristeza? Melancolía-, y en otros temas destacables, como la querida “True Love Will Find You In The End” -versión de la canción de Daniel Johnston, que forma parte de la banda sonora de la serie “Días mejores”-, la sutil “Silver Spoon” -ejemplo de esas cuerdas a las que referenciábamos su dulzura mientras nos habla de la fragilidad de las relaciones-, la sigilosa “Breakdown” -con desmelene progresivo- o la confesional “Who the Hell I Am”.
Y así hasta hoy, cuando esta bonita obra llega por fin a nuestras páginas para ocupar los párrafos que debe, tanto en lo que concierne a lo musical como en lo ilustrativo, corriendo la portada a cargo de Álvaro Pérez-Fajardo (The Fly Factory).