El mundo abajo de Patricio Jara
por Rubén J. Olivares
El dónde nacemos y vivimos marca quienes somos y qué seremos. La geografía tiene mucho que ver con el destino de nuestras vidas. Los mapas condicionan nuestras trayectorias vitales, determinando quienes somos y qué llegaremos a ser. Nuestra situación en el mapa nos condiciona, nos determina y llega a fijar nuestra existencia, recordándonos a aquellos que tuvimos la suerte de nacer en el lado privilegiado del mapa que nuestro destino depende del azar y que lo dado también puede ser arrebatado con facilidad.
Esta realidad es la que nos muestra en su libro “El mundo abajo” el escritor chileno Patricio Jara, publicado en la nueva colección de viajes Pool Access que la editorial Jekyll & Jill ha inaugurado dentro de su apuesta por la literatura de vanguardia y alternativa. En este libro recorremos, como en un diario de viajes, la historia de siete protagonistas que tienen en común los viajes que inician en su vida, ya sea por motivos laborales, ya sea por motivos personales. En estos relatos el entorno, la naturaleza que nos rodea y a la que ignoramos, se convierten en un protagonista más que condicionan el futuro de los personajes que pueblan este libro: el mar al que cae un avión, los ríos y las corrientes oceánicas que arrastran los restos, la profundidad insondable en la que habitan nuestros miedos, el desierto en el que se cobijan personas que no desean mezclarse con el resto de la sociedad o que abraza con sus brazos de ardiente arena los cuerpos de aquellos que han fallecido sobre ella, momificándolos en algunos casos y dejando que se pudran en otros, pero que también da abrigo a un festín inesperado para aquellos soldados que tengan la fortuna de encontrar los despojos que sus compañeros dejaron abandonados antes de morir.
El hilo conductor de estas historias está marcado por la incertidumbre: en todas estas historias sus personajes, como nosotros, están de paso hacia un destino incierto y, como a nosotros, este destino no parece importarle a nadie más que a ellos mismos. Estos relatos que bien podríamos calificar con un único adjetivo como el de “sombrío”, están dominados por la soledad, la muerte y las experiencias trágicas y terroríficas de sus personajes, aunque Jara sabe bien como introducir un toque de humor, humor negro, pero humor, que nos haga relajarnos ante la tensión que estos breves relatos acumulan y que son la esencia de los mismos.
Se abre el libro con “Iremi”, una breve historia narrada en primera persona que va oscureciéndose a medida que avanza la misma, jugando con los espacios vacíos que deja al lector con ganas de más, ganas que son colmadas en el siguiente relato “Todo se llena de agua”, relato redondo que abre y cierra la historia de una extraña muerte por parte de un experimentado buzo que muere a causa de un error propio de novatos, a través del cual nos sumergimos en las profundidades del mar, pero también de la mente de los protagonistas que tratan de dar respuesta a los miedos invisibles que habitan en nuestra mente y a la tensión que puede llegar a atenazarnos cuando los liberamos. Uno de los mejores relatos del libro que hará las delicias de cualquier aficionado al relato breve. En “Estuario”, se nos muestra la llamativa imagen del río, asociado tradicionalmente con la vida, un río que atraviesa una zona de muerte a través del desértico norte chileno al que acuden a investigar un grupo de jóvenes científicos, hallando en sus aguas restos de cadáveres olvidados, vestigios de otros asentamientos, el olvido de lo que fuimos. Con “Una fábula hardcore” vuelve a incrementar el nivel de sus relatos gracias a la estructura circular de la misma y su adictiva combinación de venganza, arrepentimiento, culpa y rencor. Con “Jeff Hanneman” nos introducimos en un viaje psicodélico de la mano de un hombre solitario y aparentemente consumidor de algún tipo de alucinógeno, un marginado que inicia su propia odisea para comprar una guitarra eléctrica, viaje a través del cual nos iremos sumergiendo en un submundo de seres cada vez más rechazados y estrambóticos. En “Búfalo”, quizás la más sórdida de las historias de esta obra con un final que pocos habríamos sido capaces de adivinar, pero que consigue darnos un golpe de humor negro que nos sacude tiempo después de su lectura, nos adentramos en un ambiente postapocalíptico de chatarras, chabolas y seres marginales que sobreviven día tras día y que esconden perversiones que habitan las mentes más retorcidas del ser humano. Cierra este volumen “Frontschwein”, el relato más breve de los siete que componen esta obra en el que nos alejamos del ambiente del resto de relatos que bien podrían haberse producido en Chile en un tiempo indeterminado pero contemporáneo al nuestro, para trasladarnos a la II Guerra Mundial en pleno desierto del norte de África, donde un grupo de soldados alemanes es sorprendido por el ataque enemigo mientras tratan de disfrutar de un momento de paz y ocio al abrigo de un oasis, lo que dará paso a la muerte, destrucción y el sinsentido que escode todo conflicto bélico.
La impresión global que uno tiene tras leer estos relatos es altamente positiva. Las historias de Jara atrapan desde el inicio y mantiene la tensión a lo largo de la misma, explotando en un final sorpresivo que no sueles esperar. Destacan algunos relatos por encima de otros, como “Búfalo”, “Una fábula hardcore” o “Todo se llena de agua”, por la tensión que generan en el lector, lo sorpresivo de su desenlace y el descarnado retrato del ser humano que nos devuelve. Todo un acierto por parte de Jekyll & Jill su inclusión en esta nueva colección centrada en los viajes.