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Bar Gloria de Nerea Ibarzabal

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por Lara Vesga

Bar Gloria de Nerea Ibarzabal

Bar Gloria de Nerea Ibarzabal

«Bar Gloria» es una primera novela que no parece una primera novela. Inteligente y profunda, la periodista y bertsolari (improvisación oral cantando en euskera) Nerea Ibarzabal (Markina-Xemein, Bizkaia, 1994) firma un debut que desprende solera y saber hacer, una novela que es un mapa emocional cuyas fronteras son las paredes de un bar decorado con una cabeza de buey disecada y aromatizado con el olor del patxaran.

Las vidas personales y laborales de Ana, Rakel y Miguel se entremezclan hasta perder sus contornos y límites en la vorágine de los días en el Bar Gloria. Ellas son hermanas, y desde pequeñas no conocen otra vida que la del bar, regentado por sus padres Patxi y Bizenta. Miguel no es de la familia, pero como si lo fuera: las muchas horas en el trabajo le han convertido en uno más. Y en cuanto al momento temporal, nos situamos en tiempos de la industrialización de Euskadi, en los años setenta u ochenta, en algún lugar indeterminado, pero posiblemente cercano a Donostia (según se deja caer en alguna parte del libro).

Con un gran talento para crear atmósferas y recrear localizaciones y ambientes, y desde una escritura muy visual que perfila con maestría a los personajes, mostrando sus vicios y virtudes y toda su cartografía emocional, Ibarzabal plasma las complejidades de la vida –el descontento de una generación, la violencia, los abusos, los silencios y los miedos de una sociedad que teme a lo nuevo que está por llegar– desde el humilde bar de una familia que representa a tantas y con la que es fácil identificarse de una u otra forma: en las conversaciones entre madre e hija, en la relación con los hermanos, en lo complicado que es en muchas ocasiones sintonizar con lo que se espera de nosotros, si es que llega a conseguirse, en los instantes de complicidad con familia y amigos.

Especial mención requiere el tratamiento que hace la autora de colectivos al margen del heteropatriarcado como los homosexuales, a través de los personajes de Miguel, Toni y Damián, con ilustrativas frases como esta: “Que me llamen maricón, pero que vengan a beber cubatas”. Con estas palabras defiende Damián su derecho a ser, ante todo, empresario.

Publicada originalmente en euskera con una calurosa recepción por parte de público y crítica, «Bar Gloria», en un constante flashforward y flashback, rueda con palabras una novela que ni parece la primera ni parece una novela, más bien una película franca y dura que sin embargo no llega a caer en el abismo del pesimismo y que consigue transmitir una ternura y una honestidad que cautivan y dejan impronta más allá del punto y final.

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