Cómo Islandia cambió el mundo de Egill Bjarnason
por Rubén J. Olivares
Este es un libro deliciosamente peculiar sobre una isla en el Atlántico Norte, sobre su historia, su gente – bastante singular – y la influencia que tuvieron en el resto del mundo, a menudo de forma involuntaria, escrito por un ciudadano islandés enormemente enamorado de su país, cuyo orgullo nacional rezuma en cada una de las páginas del libro. Y sí, hablamos de Islandia.
Islandia sigue siendo tan amenazadora y remota como siempre. No se colonizó hasta el s. IX. d. C. y tuvieron que ser otros colonos más amenazadores y remotos que la isla quienes lo lograran: los vikingos. Desde entonces, Islandia, a pesar de su pequeño tamaño y remota ubicación, ha desempeñado un papel crucial en diversos eventos que han dado forma al mundo que conocemos hoy en día.
Así, a medida que profundizamos en la lectura del libro descubrimos como un volcán, el Lakagigar, que entró en erupción en 1783, sentó las bases de la Revolución Francesa, al generar una pequeña edad de hielo en Europa que provocó la pérdida de las cosechas y de miles de cabezas de ganado en el continente, y con ello muertes por hambruna y una población que clamaba soluciones a una monarquía ensimismada. O como la abrupta y accidentada orografía y geología de Islandia permitió a ésta convertirse en una base de entrenamiento para los astronautas estadounidenses en su carrera para alcanzar la Luna antes que los soviéticos. También descubriremos el papel decisivo que los políticos islandeses jugaron en la creación del estado de Israel, cuando por una serie de carambolas diplomáticas la decisión final recayó en un diplomático islandés de la ONU, entre otras curiosidades históricas.
Bjarnason entreteje una serie de historias poco conocidas que demuestran el impacto – quizás un poco exagerado por parte del autor – que Islandia ha tenido en el curso de la historia. Lo que hace que este libro sea tan cautivador es la habilidad del autor para conectar estos eventos aparentemente dispares y mostrar cómo están todos ligados a la cultura, la geografía y la psique única del pueblo islandés. En sus historias, Bjarnason destaca la tenacidad, la creatividad y el espíritu independiente de los islandeses, cualidades que les han permitido superar adversidades y abrirse camino en un mundo dominado por potencias más grandes. También explora la profunda conexión que este pueblo tiene con su tierra natal, una relación que ha moldeado su identidad y ha sido fundamental para su supervivencia.
Bjarnason nos presenta una Islandia alejada de los clichés vikingos y paisajes helados. Con una prosa amena y ágil, entreteje anécdotas, datos históricos y reflexiones personales, tejiendo un tapiz que nos revela la influencia de esta nación en eventos que van desde la Revolución Francesa hasta la llegada a la Luna.
A lo largo del libro, descubrimos cómo factores como la ubicación geográfica, la cultura igualitaria y el espíritu pionero de los islandeses han contribuido a influir en la historia universal en momentos clave de la misma que, sin la participación de este pequeño país, no habrían tenido el desenlace que todos conocemos.
Uno de los aspectos más cautivadores del libro es la habilidad de Bjarnason para conectar eventos aparentemente dispares y revelar los hilos invisibles que los unen a Islandia, encontrando sorprendentes conexiones que desafían las percepciones convencionales sobre la causalidad histórica.
«Cómo Islandia cambió el mundo» no es solo un ensayo de historia, sino también una reflexión sobre el poder de las pequeñas naciones y el impacto que las personas comunes pueden tener en el curso de los acontecimientos. Bjarnason nos recuerda que incluso los lugares más remotos e inesperados pueden albergar historias extraordinarias que esperan ser descubiertas.
Bjarnason ofrece al lector una lectura cautivadora y reveladora que ofrece una nueva perspectiva sobre la historia mundial, logrando despertar nuestra curiosidad e invitándonos a repensar el papel que las pequeñas naciones pueden desempeñar en un mundo globalizado.