La niña y la biblioteca ambulante de Eulàlia Canal
por Antonio Pereira
Un Oso y un Castor van en una motocicleta sidecar, tirando de ella, un remolque con miles de millones de libros. Van por el sendero de un bosque conduciendo cuando de pronto se encuentran con un muro de ladrillos. Bajan de la motocicleta sidecar, en busca de una explicación cuando se dan cuenta que dos ojos los están observando desde detrás de la maleza. Ellos preguntan, pero no responde, hasta que algo sale desde detrás de los arbustos y ¡ven que es una Niña!
Después del viaje y de encontrarse con el muro y la Niña, Castor y Oso tienen hambre, y también la Niña. Cenan tranquilamente mientras la niña les cuenta porque se encuentra allí. Su madre está al otro lado del muro y no pueden pasar porque al otro lado hay guardias que no permiten pasar.
¡Tienen una brillante idea! Durante la noche, irán cambiando cada uno de los ladrillos por libros. Así, poco a poco, podrán crear una pequeña puerta por la que poder pasar y que la niña pueda reencontrarse con su madre.
Cuando consiguen cambiar todos los libros necesarios, Castor y Oso quieren acompañarla, pero la Niña les dice que no, que no podrían pasar con la motocicleta, el sidecar y el remolque, así que pasará al otro lado ella sola.
Cuando se dispone a cruzar, el guardia estaba esperándola, y gracias a la maestría del castor, que le tira un libro al guardia, consiguen al final todos pasar al otro extremo del muro.
Un cuento editado por Carambuco Ediciones, en 2024. Una fábula para niños y niñas de entre 3 y 8 años. Con un total de 44 páginas. Con tapa dura y acabado mate, como ya os he contado en otras reseñas, me encanta. Las guardas son un resumen sintetizado de toda la fábula.
La gama cromática empleada en el cuento abarca los tonos de la naturaleza, tales como marrones, verdes, amarillos y azules. Colores que identificamos a simple vista, y son muy habituales en nuestro día a día. Juega con la oscuridad y la luz en ciertos momentos, lo cual proporciona mucho ritmo y continuidad a la historia.
Las ilustraciones están realizadas en formato digital, con mucho trazo y textura, dando un acabado muy natural. Realizadas por Sebastià Serra.
En cuanto a los personajes principales, son tres: Oso, Castor y Niña, ninguno de ellos tiene nombre. Oso y castor son animales, lo que acerca la historia mucho a los niños y le da estabilidad al argumento, ya que un oso siempre será un oso y un castor igual. La Niña es el personaje más enigmático, tanto por cómo aparece en la trama, como por cómo va vestida, un sombrero y un abrigo largo, lo que da sensación de detective o inspector.
La escritora Eulàlia Canal, psicóloga de profesión, y escritora de literatura infantil y juvenil.
Y para concluir la reseña de este libro, os dejo una frase maravillosa escrita en él “Las palabras son puentes que atraviesan océanos”.