Victoria de Paloma Sánchez-Garnica
por Soraya Pérez
Victoria de Paloma Sánchez-Garnica
Hay algo que me ocurre cada año con los Premios Planeta, y es que, habitualmente, no suelo sentirme del todo satisfecha con la elección ganadora del Grupo Editorial. Sin embargo este año, por primera vez, la situación ha sido distinta.
No solo es que llevo años siendo seguidora de Paloma Sánchez-Garnica o de que soy una apasionada de las historias situadas durante la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría. En esta ocasión, además de todo lo anterior, “Victoria” suma un elemento que eleva aún más su atractivo: la cuestión de la segregación racial en Estados Unidos. Y es que aunque a simple vista podría parecer que estos ingredientes no combinan del todo bien, Paloma ha logrado fusionarlos de una manera magistral, dando coherencia y profundidad a una historia que no solo atrapa, sino que también conmueve.
“Victoria” es una obra meticulosamente construida, donde cada personaje posee una fuerza y una personalidad únicas. La destreza narrativa de su escritora es evidente y logra trasladar al lector a escenarios cargados de vida y emociones. Sus descripciones detalladas y precisas logran transportarnos a las calles de Berlín y a sus atmósferas cargadas de historia. Pero no solo eso. El lector también es capaz de sentir en su piel el frío y la humedad de los campos de trabajo rusos, y hasta el nerviosismo y miedo cotidiano de la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Porque Paloma sabe muy bien lo que hace y cada detalle está pensado para sumergirnos en una experiencia sensorial y emocional completa.
Pero lo que realmente hace especial al Premio Planeta 2024 es su capacidad para conectar al lector con los personajes. Vivimos sus alegrías, sufrimos sus tragedias y reímos con ellos como si fueran parte de nuestra propia vida. Esta conexión es un testimonio del talento de Sánchez-Garnica para crear personajes únicos. Y es que Paloma ha vuelto a demostrar su genialidad y es, por ello, digna merecedora de este galardón.
Yo, por mi parte, solo puedo agradecerle haber creado esta obra maestra que es, en esencia, un reflejo de su alma y trayectoria literaria.