Fuego en la garganta de Beatriz Serrano

Fuego en la garganta de Beatriz Serrano

Si alguien, en algún momento de mi vida, me hubiera dicho que la novela Finalista del Premio Planeta 2024 iba a ser, en gran medida, como poner por escrito parte de mi adolescencia, jamás le hubiera creído. Pero es que Beatriz Serrano, su autora, y yo, nacimos con un año de diferencia y probablemente hayamos pasado por las mismas vivencias, lo que hace que la cantidad de sentimientos encontrados que han florecido a lo largo de las páginas de “Fuego en la garganta” es algo que solo unas chicas que vivieron su adolescencia en los 2000 podrían sentir. 

Porque leer la historia de Blanca, y sus amigas “de internet” ha sido como volver al pasado donde, las nacidas a finales de los 80, y que superamos nuestra adolescencia en los terribles 2000, vivimos en algún momento con el auge y explosión de los chats de internet. Por ello, quién mejor que alguien como la escritora Beatriz Serrano para atraparnos en una historia así.

Los foros de internet como escaparate para descubrir tantos mundos como personas en la tierra; chats de Messenger donde pasar, a escondidas, horas y horas hablando con amigas que solo habías visto en foto; la explosión y auge de los blogs y la posterior locura que estos trajeron, tanto para bien como para mal, y sino que se lo digan a Blanca y sus amigas; o el descubrirse como persona independiente fuera de la protección de unos padres que poco o nada sabían sobre el moderno mundo de internet y la vida de su hija adolescente, son una mezcla de elementos que hacen de “Fuego en la garganta” una de las novelas más dinámicas, divertidas y agradables de leer de este 2024. Y es que su autora ha conseguido en sus más de 400 páginas no solo enganchar al lector sino hacernos sentir que la historia que leemos, también es nuestra historia gracias a una perfecta mezcla entre narración y “conversaciones de Messenger” dignas de los 2000.

Y aunque reconozco que me resulta tremendamente complicado ser 100% objetiva escribiendo sobre “Fuego en la garganta”, es cierto que no puedo parar de recomendarla allá donde voy. Porque leer a la Finalista del Premio Planeta 2024 ha sido como volver a tener 13 años y a estar sentada delante de un ordenador mastodóntico mientras oigo los chirriantes ruidos que producía el aparato cuando se conectaba a internet. 

Gracias Beatriz por desbloquear recuerdos.