Viaje al pasado de Stefan Zweig
por Ana Olivares
Cualquier tiempo pasado, fue mejor.
Os presentamos otra de las pequeñas joyas clásicas de Stefan Zweig.
Desde que descubrí este autor no me canso de explorar los distintos relatos a los que nos tiene acostumbrados. Desentrañar junto a él las pasiones o la psique humana es estimulante. Su visión humanista y algo pesimista de la vida junto con las historias que desarrolla, siempre supondrán un desafío para nuestras mentes. Dicho autor disfruta haciendo reflexionar al lector acerca de todo tipo de cuestiones humanas a través de los pensamientos y sentimientos de sus personajes. Algunos más osados que otros, nunca defraudan, esconden recursos que tienden a resultar un punto de inflexión para la trama, sorprendiendo al lector. Por lo que poco nos importa lo que nos quiera contar, ya que lo que nos gusta es como nos lo cuenta.
Ludwig es un joven licenciado de origen humilde, que siente rechazo al lujo por complejo. Es muy trabajador y pronto consigue ascender y ser nombrado secretario personal de su jefe. El puesto requiere que se mude unos meses a la villa familiar y lo ayude a ordenar todos sus asuntos. A regañadientes, el joven acude muy a su pesar. Teme perder la libertad de vivir solo, y, sobre todo, tener que soportar un ambiente de opulencia que le resulta asfixiante. Contrariamente a lo esperado, en cuanto conoce a la señora de la casa, bastante más joven que su señor, se enamora perdidamente de ella y del lugar. Al fin encuentra calma y sosiego, también esparcimiento y diversión a escondidas, ya que pronto inicia un idílico romance con ella. El destino parece sonreírles justo cuando a sus veintitrés años, debe partir a México para ocuparse de los negocios que su jefe mantiene allí. Los enamorados, pensando que tan solo estarán unos meses separados, pronto se darán cuenta de que su pequeño paréntesis vital, se convertirá en unos años inciertos sacudidos por la Gran Guerra. Cada uno afrontará esos años en solitario, sin olvidar las promesas que se hicieron, pero continuando inevitablemente con sus vidas dada la incertidumbre de la guerra; y sobre todo a la distancia, ya que viven en diferentes continentes. Sin embargo, ambos mantendrán la esperanza de un futuro juntos en el que poder dar rienda suelta a su pasión y a ese amor de juventud que los mantuvo a flote todo este tiempo. De hecho, la narración comienza justo en el reencuentro ansiado de la pareja, en la que escapan juntos en el expreso nocturno a Heidelberg después de nueve años separados. Desde la emoción inicial, la necesidad desorbitada por el contacto visual y de la piel, y de tener que contenerse en público; se reconocen en sus rostros con más arrugas, y, aun así, no surge esa chispa que mantuvo encendida la llama de su pasión. Justo ahora que están frente a frente, no son capaces de reconocer ese amor, y eso que él ahora se sentía orgulloso de haber escalado socialmente y poder ofrecerle todo lo que ella se merecía. Al igual que ella, ya no ve en los ojos de ese hombre a el joven que desató sus impulsos ignorando su posición y reputación.
El viaje al pasado de Stefan Zweig, es un viaje reflexivo, melancólico, que nos recuerda la imposibilidad de permanencia frente al paso del tiempo. Idealiza el pasado, junto con ese choque frontal contra la realidad que finalmente concluye en un espejismo que se esfuma entre las manos. El tema central es la pérdida, a pesar de que nos encontramos frente a una historia de amor y el reencuentro de dos amantes, que idealizaron su deseo y pasión durante años; y que movidos por esa idea regresan dispuestos a entregarse por completo. Pero en realidad, se enfrentan a la desilusión y a la verdad que siempre estuvo ante sus ojos.
Es un relato desesperanzador, que nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo; sobre la forma selectiva en la que condicionamos a nuestra memoria y sobre todo en la pérdida, en cualquiera de sus formas; ese sentimiento que determinará nuestros pasos en algún momento de la vida. Una lectura muy atractiva a nivel vital.