UA101349465-1

 

Por Vanessa Díez.

Lealtad, sumisión y entrega. Son las premisas de la empresa con las que se encontró Amélie. Ella lo experimentó en Tokio en una gran multinacional, un lugar honorable, ser mujer y occidental en una empresa nipona no es una buena mezcla. Aunque el mundo de la empresa globaliza sus premisas adecuando aquellas que más funcionen a sus vecinos-competidores. No en vano se tiene como Biblia El arte de la guerra de Sun Tzu, sobre estrategia y táctica militar. En España se lleva usando unos años en EE.UU lo tuvieron claro mucho antes. Nunca se sabe lo que nos depara el futuro y más como están las cosas últimamente que nada para quieto.

Describe las humillaciones a las que es sometida por su insistente gusto por el diálogo racional. Un trabajador debe acatar las órdenes sin procesar su lógica. Tan sólo obedecer sin rechistar, es el cometido, sino se recibe un castigo. Es contratada como intérprete, pero entra en el departamento de contabilidad, pone cafés, hace fotocopias y acaba ocupándose de los lavabos de la planta 44. Nada de iniciativa para acortar los caminos que otros sufrieron, ya que los sufridores se asegurarán de que tengas lo mismo que ellos tuvieron.

La novela de Amélie Nothomb recibió el Gran Premio de la Academia Francesa y el premio Internet. Estuvo durante meses en la lista de los libros más vendidos. Fue adaptada por Alain Corneau en 2003. Esta escritora belga es como una gota de agua en medio del desierto que nos ofrece este mundo loco en que vivimos. Afirma que escribe tres novelas por año, aunque sólo publica una. Ha conseguido dedicarse a la literatura, una de las promesas de los últimos años con una escritura crítica e irónica, la llave llegó en 1992 con Higiene del asesino (Hygiène de l’assassin), un libro que cuenta la muerte de su hermano a manos de un borracho.

Share This