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Mist3rfly desde Vórtice hasta Max hyper boom

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por Sandro Maciá

Doble alegría: Lp y Ep de Mist3fly

La filosofía del cobarde y del convencimiento nos ha estado callando durante toda la pandemia. ¡Pum! Bomba soltada, que ya había ganas. ¿Dónde están ahora todos esos nuevos filósofos que decían que de la famosa cuarentena íbamos a salir convertidos en mejores personas y -fíjense hasta dónde aventuran algunos- en seres más humanos y solidarios? Sí, sí, esos que afirmaban y firmaban, sin más sustento -salvo excepciones- que sus pajas mentales, aquellas teorías basadas en el crecimiento personal que aporta la soledad y en el refuerzo que supone para el cuerpo y alma la total entrega a lo new age y al sobrevalorado mindfulness…

¿Dónde quedan? Bien lejos del punto en el que les voy a situar hoy. Muy, pero que muy alejados de ese disfrute de la vida que sólo los que nos congregamos en torno a estas letras virtuales sabemos valorar. A miles de millones de kilómetros de lo que supone dejarnos llevar por experiencias tan satisfactorias como la que nos proponen, nuevamente, los amigos de Flor y Nata Records a través del lanzamiento del último trabajo de uno de sus buques insignia: Mist3fly, que se aventura a romper todos nuestros esquemas para que espabilemos y dejemos de creernos “yoguis”, mimetizándonos con su sofisticada electrónica en Vórtice (2020), séptimo Lp tras «#Hashtag» (2016), «K-Tre» (2015), “The Rest of Remixes» (2012), ”TurMix» (2011), «Retroactual» (2008) y «Stop! La voz en off» (1998).

Séptimo. No leen mal. Pero no por ello menos original que sus predecesores, pues si el propio Mist3fly, productor con más de 30 años de carrera a sus espaldas y de clara influencia marcada por Kraftwerk, D.A.F, Nitzer Ebb, New Order, Depeche Mode o Pet Shop Boys, ya nos dejó el cuerpo bien golfo con su Affair de Verano -recuerden, el hit de Elctronikboy donde el señor Fly comparte autoría con Xavi Sideboy y Hugo Ramos-, ahora nos inyecta el fervor del baile en cada uno de los cortes de Vórtice, donde una amalgama de conceptos va extendiéndose implícitamente a través de sonidos que son, en sí, los que nos llevan a poder referenciar las señas del propio autor -es el caso de Wonita poison, dedicada a su ciudad natal, Sevilla- y a palpar esas reminiscencias culturales que homenajean a la capital del underground y de la electrónica más puntera: Berlín -especial mención aquí a Alexanderplatz, tema con samplers grabados en la estación de Metro de la famosa plaza berlinesa-.

Complementariamente al valor de los dos pilares que sostienen el peso narrativo -entiéndase, por aquello del hilo conductor- del trabajo de Mist3fly, no debemos olvidar que Vórtice incluye composiciones de la talla de Florian Schneider -canción dedicada, como su nombre indica, a uno de los fundadores de Kraftwerk-, Der Mussolini -animado ritmo con voz del argentino Patokai-, Complex -travelling inicial con ascenso hacia las siguientes explosiones rítmicas-, Lass uns gehen -con Santi Rex, de Niños del Brasil-, Confined -con el grupo madrileño Fuckware-, Vórtice -homónimo en nombre y estilo a lo que supone el disco-, Plegarias Estáticas -corte que no solo es original en su título, sino en la estructura que va desarrollando según pasan los segundos en su transcurso, característica a la que contribuye la voz de Carlos Ferrari)- o Max hyper boom, temazo que le ha llevado a la publicación de un reciente Ep donde esta joya, incluida en su versión original y en forma de video edit, aparece acompañada por cuatro temas inéditos y bien cargados de frescura: Even Club -¡a tope!-, Monkey Drug y Torreblanca -ambos con Atk Epop- y State Secrets – donde, junto a Sergio Salesa, de SERCH, se vislumbra la electrónica más New Wave-.

Si la creatividad pudiera cuantificarse, nos faltarían unidades para rendir a Mist3fly las cuentas que merece. No obstante, como lo que hay que agradecerle es que nos siga alegrando los días, continuemos haciendo honor a su propuesta y ¡bailemos!.

Vortice
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