Porque ya no queda tiempo De Rafa Cervera.
por Rubén Olivares
Hay autores a los que les gusta experimentar con los géneros literarios. Escriben entre géneros como otros viven entre fronteras: ni son de un lugar, ni son del otro, son de dos mundos a la vez, y de cada uno recogen lo mejor. Rafa Cervera traslada esta realidad transfronteriza a la literatura y crea una criatura que no es una novela de ficción, ni un artículo periodístico, ni tampoco es una autobiografía o unas memorias, pero que reúne a todas ellas en una única obra y da lugar a un libro singular. Sus personajes son reales, pero apenas los conocemos por un alias, porque su nombre y apellidos se omiten en la mayor parte de la obra, y aquellos que se citan con detalle son de sobra conocidos para el público. Los amigos de Rafa Cervera, la familia que le vio crecer, sus amores, aquellas personas que conoció y lograron hacer una muesca en su corazón se mezclan con artistas como Lou Reed, Andy Warhol o Patti Smith, guías de esta serie de breves historias que hilvana Rafa Cervera para dar forma a su vida.
“Porque ya no queda tiempo” está estructurada en tres partes, con un total de treinta tres capítulos breves, muy cortos, como destellos fugaces que arrojan luz sobre la vida y existencia de un hombre para el que el tiempo, la amistad forjada a lo largo de una vida, el amor, la música y su admiración por Lou Reed y la ciudad de Nueva York, como contrapunto a su amada Valencia natal, cobran una importancia vital. Pero el tiempo en esta novela no sigue una trama lineal, sino que se deja llevar por el trazo emocional del autor a base de recuerdos, destellos emocionales que nos conducen a un pasado que nos conecta y explica el presente y futuro de una vida que vamos descubriendo página a página. Este es un libro de fotos desordenadas. Un hotel lleno de habitaciones que vamos abriendo aleatoriamente y tras cuyas puertas nos espera un personaje, una anécdota, una conversación íntima que nos desvela un poco más sobre la infancia, la adolescencia, el amor, la familia y los mitos que llegamos a conocer personalmente. Si bien está lleno de referencias musicales, no es una novela sobre música, sino que esta nos acompaña a lo largo de la misma, como una neblina que emerge tras cada página. La música es el motor de toda esta historia, pero no es su protagonista. A través de retazos de una vida, Rafa Cervera trata de explicarnos por qué un hombre de 50 años se siente tan afectado por la muerte de Lou Reed, o porque una ciudad que le vio crecer y a la que irremediablemente volvió, como se vuelve a buscar el consuelo de una madre, un día se le quedó pequeña y fue en busca de una madrastra como Madrid, seductora, pero en ocasiones esquiva. En la novela hay recuerdos de infancia, amigos que se fueron y otros que llegaron, recuerdos que vagan por calles estrechas junto a sus referencias musicales, mezcladas con confesiones personales y sinceras sobre el amor, la desesperanza, sus inseguridades, el sexo, la familia o la amistad. Es un recorrido por una vida bajo la atenazante búsqueda de respuestas, de significantes con los que mantenerse a flote en un mundo incierto. Como si de un juego se tratara, el libro está repleto de referencias a lugares y personas anónimas, que formaron parte de la vida de Rafa Cervera, pero que aquellos que hayan vivido en una ciudad como Valencia o hayan estado cerca del círculo del autor podrán desvelar con relativa facilidad, poniendo caras y fachadas a lo que desfila por la novela.
Cervera es un autor enciclopédico en conocimientos musicales. Tiene experiencia como periodista musical, recursos y una vasta cultura que lo convierte en un referente a tener en cuenta en este mundo. Pero estos conocimientos los despliega como un sabio, un chico introvertido que toma notas en un cuaderno y que luego revela al oído a algún amigo o amiga, un saber que le lleva a comprender que sólo podemos llegar a conocernos a nosotros mismos a través de las vivencias que hemos compartido con otros, a entender que el libro de nuestra vida está escrito con las experiencias que hemos compartido – o dejado de compartir – junto a otros. Cada frase, cada párrafo, cada capítulo se saborea con detenimiento. Solo me queda por escribir que si leen este libro descubrirán a un ser humano sorprendente, divertido, por momentos enternecedor, pero, ante todo, honesto. Y créanme, su lectura les enganchará.