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Chicas en chándal, nuevo modelito de Novio Caballo. 

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por Sandro Maciá

Novio Caballo presenta su Ep

 

¡Joder, joder, joder! Que estoy que troto. O que galopo. O que salto. O que relincho. O… ¡qué narices! Que me muero de la emoción y punto. Porque aunque no pueda ponerme a pegar coces aquí mismo para expresar mi alegría, sí tengo en mi poder los pulsos de mis dedos para poder anunciar la equina buena nueva. La esperada noticia. El cúlmen de una espera que, avivada en redes sociales y precedida por la admiración despertada con anterioridad: ¡el lanzamiento -¡yiiiijah!- del nuevo EP de Novio Caballo!.

Sí, amigos y amigas del pop-punk, aquellos que nos alegraron la existencia en 2019 con un homónimo debut y que, desde entonces, no han dejado de crear más y más hype en todos aquellos que hemos estado disfrutando sin descanso de hits como Jesús es negro o Fiesta, vuelven a las andadas con Chicas en chándal (MushroomPillow, 2021), una recopilación de cuatro temas presentados bajo la premisa de la democratización chandalera, basándose conceptualmente en la capacidad de la prenda ¿deportiva? para unificar y “reducir a toda la humanidad de seis a un grado de separación, de Chávez a Chenoa” -literalmente-, haciendo de esta filosófica reflexión un punto de partida hacia el desarrollo de unas canciones que son, en sí, como placenteras bofetadas de ritmo ágil, letras directas e imaginarios festeros.

¿Todo en uno? Todo en uno. De la purpurina a la alfombra roja, del suave tacto de las celebrities a las rugosas sensaciones de la felpa… Un combo, que diríamos. Un cóctel de temas con estructuras claras, bien elaboradas y mejor presentadas, donde hay lugar para la aparente sencillez como preámbulo de una inteligente caricatura de lo superfluo -sin olvidar que no por ello deja de atraernos ese halo de admirable y distraída banalidad ejercitada por muchos, como narra la divertidísima y completa Celebritis, con acompañamiento de Viva Suecia y Axolotes Mexicanos-, para la imposición de la cuerda sobre otros instrumentos -ojo al tiro que nos dan a base de buenas guitarras en su Dogma-, para el hecho de poder sucumbir a una electrónica de vertiente más popera -como la puramente equina Chicas en chándal, bailable y llena versos donde las puntadas no se dan sin hilo- o para la sinceridad sin tapujos ni tabúes en la punk Dame un beso, tema que cierra el disco y deja el pabellón en lo más alto, siendo el claro ejemplo de que a gamberrismo sonoro y ganas de cachondeo no les gana nadie.

Con chándal o sin él, lo que está claro es que, viendo que no les tiembla el pulso a la hora de juntar a Raffaella Carrá con Cabaret Voltaire en un mismo tema o que no reniegan de ser tildados de hijos bastardos de Paco Claver y los Sex Pistols, estos chicos siguen enamorándonos y haciéndonos olvidar todo drama, ofreciendo en Chicas en chándal una nueva dosis de su cóctel equino y no defraudando, como buenos anfitriones de esta fiesta que nos brindan con su música.

 

Chicas en chándal, nuevo modelito de Novio Caballo