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Con pocos detalles, tercer single de Bicho Raro. 

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por Sandro Maciá

Bicho Raro, ¡al mundo!

Que de “la millor terreta del món” podemos presumir más allá de nuestras fronteras y provincias, lo sabíamos. Que nuestra fama nos precede y que no hay rincón del mundo donde alguien no haya oído hablar de nuestro privilegiado clima y de esa jovial vitalidad que desprenden sus gentes, también. Pero, ¿que seguimos siendo cuna de proyectazos destinados al triunfo? Uy, que aquí no estamos tan puestos… ¡Hasta que llegaron ellos!

Sí, ellos, los encargados de capitanear ese buque insignia que es en sí el talento que nace y crece en la ciudad del castillo de Santa Bárbara y la Explanada. Ellos, los valientes tomadores de un relevo musical que vuelve a situar a Alicante en el mapa como cuna de la emergencia artística. Ellos, los artífices de la revitalización de una escena que, aún estando en horas bajas, no desanima al que quiere seguir triunfando. Ellos, Óscar, Pepe y Larry, tres músicos que no vienen de nuevas en lo que a carreras musicales se refiere, pero que sí llegan con energías renovadas y su flamante banda: Bicho Raro.

¡Y cómo llegan, señoras y señores! Porque después de sorprendernos con «Imaginemos» y «Caer y levantar», su primer y segundo single, estos incombustibles artistas nos asaltan -porque así son ellos, que van pisando fuerte- con una tercera entrega de lo que será su disco, un hit que lleva por nombre “Con pocos detalles”. Una canción honesta en texto y forma, que va desarrollando su estructura en torno a una intensidad sonora que sirve de envoltorio, sin restar protagonismo, a unos versos que evocan autenticidad a nivel conceptual -por el propio sonido y su transcurso- y narrativo -centrándose temáticamente en el valor de las conexiones reales, de la complicidad y de lo sencillo que sería todo si antepusiésemos nuestro lado más humano al artificial, al del postureo egoísta-.

Intensa y brillante, Con pocos detalles, cuenta con la paradoja de no escatimar precisamente en eso, en el cuidado de todos los aspectos que le otorgan esa forma tan directa, de aparente sencillez pero de esencia profunda y expansiva, lo que le permite ir creciendo, segundo a segundo, estribillo a estribillo, gracias a las buenas guitarras, unos potentes pulsos de bajo y la batería bien marcada de Sergio Bernal (M Clan, Burning, Ruipérez, Funambulista…)-, hasta romper en un final contundentemente coreado.

¿Se va confirmando Bicho Raro, entonces, como banda de rock a partir de este tercer single? Sin duda. Y no sólo en su tierra, sino en todo el panorama español e, incluso, en México y Argentina, lugares que empiezan a conquistar con sus genuinos rasgos -si tres son los componentes del grupo, los tres están más que presentes sonoramente-, sus reminiscencias a The Killers o Radiohead y su melódica manera de rescatar vocalmente ese estilo pop-rockero pegadizo de aquellos cantantes que lideraron famosas formaciones en los 80-90.

Hitazo a la vista, grabado, además, por Raúl de Lara en Arde el Arte, por cuyas manos han pasado Second, Izal, Neuman, Varry Brava y Funambulista, entre otros.

 

 

Bicho raro
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