Melifluo debuta con Pasado_Futuro.
por Sandro Maciá
Melifluo, experimentos con cabeza
Un empiece con bagaje… ¡Ja! Fuera de juego les he dejado, ¿eh? Pues tanto como me he quedado yo al encontrarme de frente -y no sin ilusión, cierto es- con uno de los casos menos habituales en el panorama: el de un debut que, pese a su primigenio concepto intrínseco, puede ser catalogado como un acto de evolución en sí mismo.
Y no, no es que yo me haya pasado con el vermú previamente a lanzarme sobre el teclado a darle rienda suelta a mi verborrea. No. Lo que ocurre es que lo que me ha alegrado el día es, además de toparme con el debutante trabajo que ya mismo paso a desvelar, saber que este nace de la inquietud artística de dos músicos que tienen talento y carrera como para hablar, más que de estreno, de iniciática consagración.
¿Raro? Pero brutalísimo. Ese es el adjetivo que mejor describe la sensación de poder escuchar en su totalidad lo que presentan Juan Carlos Gómez y Antonio Gómez bajo el nombre de MELIFLUO: PASADO_FUTURO, el susodicho álbum de debut sobre el que estamos dando este amable rodeo previo y que se concreta como el cúlmen de un trabajo de tres años por parte del dúo formado por estos integrantes de, respectivamente, Supersubamrina y Casasola.
Una culminación que refleja que la conexión y entendimiento de ambas partes no podía sino terminar dando forma a un conjunto de diez temas de sonido característico y una premisa común: el crecimiento, a veces previsto y a veces sorprendente, que experimentan a lo largo de un desarrollo marcado en unas ocasiones por el aumento de guitarras eléctricas y baterías y, en otras, por la experimentación.
Es por esto que, en este “viaje que nos lleva por momentos y sensaciones que buscan ser expresadas de la manera más directa y fiel posible, en el que al final, el verdadero protagonista no es ni el pasado ni el futuro sino el presente” -como ellos mismos presentan-, podemos encontrarnos con canciones como La aventura de sentirnos vivos -buen ejemplo de disfrute al mando de los sintes-, Aún nos quedan tantos años -no menos ejemplificadora, pero en el aspecto más guitarrero- o Me faltas mucho -representativa, en este caso, del proceso de crecimiento y amplitud que van experimentando los temas-, sin que eso suponga un menosprecio a otras composiciones como Luke en el espacio -¡bravo!-, Nada puede pararme -de divertido tramo final- o La Titulación, por citar algunas.
Un ejercicio de degustación del presente, de eso que se nos va entre el pasado y el futuro, y que en el caso de Juan Carlos y Antonio les ha permitido afrontar el reto de la autoproducción, una forma distinta de disfrutar orgánicamente de cada detalle del disco y de, encomendándose a su intuición y buen gusto, dejarse de rollos y fluir desde el ámbito más experimental entre las paredes del Haleluya Music Studio de Baeza, todo ello, con la masterización de Alex Ferrer (The Groove) y el arte ilustrativo de Tíscar Espadas.
