El último cuento de abuelos y cunetas de May Borraz.
por Rubén Olivares
“…Calla
No remuevas la herida
Llora siempre en silencio
No levantes rencores que este pueblo es tan pequeño
Eran otros tiempos…”Rozalén – Justo
Todo pueblo que busque avanzar, necesita aceptar su pasado y analizarlo, borrarlo de la memoria, fingir que nunca ha existido, sólo nos lleva a aplazar el dolor, pues tarde o temprano lo que ocultamos volverá a la luz. Por eso este libro y otros tantos se hacen tan necesarios, por que como pueblo necesitamos recordar que sucedió durante la Guerra Civil Española, pero especialmente qué es lo que pasó tras el periodo de terror y represión que sobrevino al dar por finalizada la contienda. Necesitamos conocer los horrores, sus causas y consecuencias, libres de prejuicios, buscando la verdad de los hechos que ocurrieron. En todas las familias hay alguna historia de este aciago episodio que se trata de olvidar, bien porque unos fueron represaliados y señalados como antiespañoles, bien porque otros fueron la mano que señaló y ayudó a represaliar a estos.
La historia de May es una de las miles de historias que comparten las familias de represaliados de la Guerra Civil en toda España y que, gracias al trabajo de asociaciones memorialistas, tal y como May narra en esta obra, pueden encontrar y dar una sepultura digna a sus familiares asesinados durante el periodo de represión franquista que vino tras el fin de la guerra. En “El último cuento de abuelos y cunetas”, May narra, a camino entre la crónica periodística, el ensayo y el diario personal, la historia del proceso de búsqueda del cadáver de su abuelo, represaliado tras el fin de la Guerra Civil en un pequeño pueblo de Aragón, Andorra, como miles de españoles fieles a la república que fueron asesinados por sus vecinos bajo el amparo de las autoridades franquistas. Este libro es el fruto del trabajo que durante cinco años ha desarrollado la autora, un ejercicio de investigación y sanación de heridas, un bálsamo para dar una respuesta clara a la muerte de su abuelo: lo asesinaron, no se suicidio.
Su abuelo fue asesinado cuando la madre de May tenía dos años, en plena oleada de represión franquista. A lo largo de su vida creció imaginando como era aquel hombre al que apenas pudo conocer, un hombre tan querido entre los vecinos del pequeño pueblo teruelano de Andorra, que decían de él que “de tan bueno era tonto”. Un hombre al que después de asesinado, prohibieron darle sepultura, y acabaron impidiendo que se le pudiera llevar flores al cementerio o encontrarle y darle un entierro digno llegada la democracia. Un hombre que se convirtió en tabú en la familia, del que era mejor no hablar. La historia que narra May es la historia de miles de familias españolas que no han podido dar sepultura a sus antepasados, la historia que convierte a España en el segundo país con más desaparecidos cuyos restos no se han recuperado, sólo por detrás de Camboya, pero que se jacta de ser una democracia plena mientras olvida a sus muertos.
Este libro está escrito como una conversación ficticia entre nieta y abuela, en la que May va contándole a la segunda sus pesquisas, lo que ha ido descubriendo con un estudio detectivesco e histórico sobre la historia de la muerte de su abuelo. Junto a ellos reconstruimos el proceso de búsqueda de los restos de su abuelo, la aparición de la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica) como faro que le guio a lo largo del proceso de recuperación de sus restos – y a quien se destinan los beneficios de este libro –, la reconstrucción a través de testimonios y documentos de lo que ocurrió, las distintas versiones sobre lo acaecido y la reconstrucción de lo que pudo suceder, al tiempo que se hace un repaso de la deuda histórica que los distintos gobiernos han dejado sin reparar para con los represaliados tras el fin de la Guerra Civil. Un libro con el que muchos se sentirán identificados, pues son muchas las familias que comparten una historia parecida a la de May y que aún esperan a que las heridas familiares que arrastran sean sanadas. Una historia necesaria que todos debemos leer para comprender esa parte de la historia que algunos pretenden secuestrar y sepultar bajo el olvido, al tiempo que dulcifican y mitifican la historia de los vencedores y represores de la Guerra Civil. Necesitamos más gente como May, más historias de recuperación del pasado para avanzar como país plenamente democrático.