Electrónico Diversa con Javiera Mena.
por Sandro Maciá
Entusiasmados con Javiera Mena
El color a manos de una espada bien empuñada: la de la música. Esa podría ser la metáfora que resume lo que aconteció en Elche el pasado sábado. Esa, por no empezar a enrollarnos con halagos hacia el ímpetu y la valentía que derrocha la culpable de que nos dolieran las piernas por mantener la tensión de no poder saltar y seguir, como merece, el despliegue de actitud y buen ritmo que le caracteriza. Una frase, sin ir más lejos, que podría preceder a muchas artistas, pero que a pocas sentaría como a ella, la imbatible Javiera Mena, encargada de poner la guinda con su actuación a una noche tan especial como la del pregón del festival Diversa 2021, nuevamente celebrado en el Centro Cultural L’Escorxador, espacio que le vio nacer y consolidarse como evento de referencia LGTBI+ de la ciudad.
Precedida por la correspondiente lectura del manifiesto de apertura del acto, emotivamente interpretado por miembros de la organización y clausurado por las palabras del alcalde ilicitano, Carlos González, la irrupción sobre las tablas de Javiera Mena acabó por diluir todo atisbo de institucionalismo, manteniendo alto el listón desde los primeros sonidos que emergieron de su teclado y hasta los últimos versos que pronunciaron sus labios, siempre amables a la hora de interactuar con el público y nunca cerrados, más que para coger aire y deleitarnos con algunos pasajes sonoros donde la virtud de la cantante como productora resultaba evidente, hasta el punto de contagiar el goce que vivía a todos los que allí acudimos.
Humeante en espíritu y escena, bajo brillantes focos azules y rojos, la autora de hits que han dado la vuelta al mundo y que siempre acaban por conformar un setlist donde no falta la fiesta pero tampoco la reflexión, pudo dar a conocer su recientemente estrenado Ep Entusiasmo, logrando que vibrásemos al son de Flashback o Diva, no siendo las únicas pero sí pasando por encumbrarse como dos momentos estelares del show, sin menospreciar la íntima y conjuntamente coreada versión de Mujer contra mujer que nos regaló hacia la mitad del espectáculo, a modo de homenaje, de reivindicación bien traída, con sensibilidad, aunque sin ñoñería.
A lo largo de la noche, frenética como los movimientos de la artista a la hora de cantar o de disfrutar tejiendo los atmosféricos ritmos de su electropop, también hubo tiempo para el recuerdo de temas como La joya -¡bravo!-, Otra Era -¡furor!- o la que sirvió de punto y final al repertorio, la aclamada Espada, con luminosa exhibición de “arma” en mano y contundente cierre.
Ni el calor ni las mascarillas pudieron con nosotros, porque la música que atrapa no cede ante la inclemencia.