Los cien años de Lenni y Margot, de Marianne
Cronin.
por Lara Vesga
Lenni Pettersson tiene diecisiete años y se está muriendo. Harta de la monótona vida de hospital, entre pruebas médicas, olor a desinfectante y gente con caras
largas, decide apuntarse a un taller de arte recién inaugurado en el centro. Allí entabla amistad con Margot, una anciana de ochenta y tres años que tiene también los días contados. Juntas sumarán fuerzas y años, la redonda cifra de cien, para exprimir los días compartiendo experiencias, recuerdos, sentimientos y secretos.
Marianne Cronin (Reino Unido, 1990) debuta en la literatura con Los cien años de Lenni y Margot, una historia poderosamente conmovedora que es un emotivo homenaje a la vida, al amor y a la amistad. Traducida ya a más de 20 idiomas, la novela será también adaptada al cine próximamente. Los personajes protagonistas de Lenni y Margot son el alma de la historia. Como tantas veces ocurre, son polos opuestos que se atraen y se hacen inseparables.
Lenni es rebelde y deslenguada, no tiene filtro y es cínica en extremo. Pese a su juventud, y quizá potenciada por su situación, cuenta con una sabiduría y hace unas reflexiones más propias de adultos que de gente de su edad, con la que ni ahora ni nunca se sintió identificada. Ella se mueve más a gusto entre octogenarios, grupo que se sitúa en los últimos compases de la vida, personas como Margot, con una larga vida a sus espaldas y mil historias que contar. Es a través de las narraciones de la anciana como Lenni tiene la oportunidad de soñar todas las vidas que la enfermedad le negará. Con la tranquila y comedida Margot, que sin embargo tiene un intenso pasado, Lenni podrá viajar, enamorarse, desenamorarse, conocer a gente nueva, estudiar, trabajar, ir a fiestas… En definitiva, podrá vivir ochenta y tres en sus solo diecisiete años.