Tos de perro de Julia Otxoa.
por Rubén Olivares
“If you can only be tall because someone else is on their knees, then you have serious problem”
Tony Morrison – Escritora estadounidense.
El título de este libro nos remonta a esa patria perdida que fue la infancia, en la que cuando enfermábamos y tosíamos con voz ronca, se decía que teníamos una “tos de perro”. Siempre me pareció una imagen curiosa la de un perro tosiendo, que comparto con Julia Otxoa. Este libro nos habla de la memoria, los recuerdos y la infancia de una joven narradora de cinco años que nos rememora el tiempo de posguerra civil en el que creció, una época en la que los vencedores decidieron que los vencidos eran poco más que un cáncer que carcomía su idea de España y merecían ser erradicados, eliminados por discrepar con sus ideas de “una, grande y libre”, hombres dispuestos a sacrificar en los altares del franquismo a miles de personas sobre las que elevar de nuevo la grandeza de España.
Julia Otxoa nos narra en este breve libro que intercala como ráfagas, destellos de lucidez, los recuerdos infantiles de una joven niña que trataba de ser feliz en una sociedad dominada por el miedo, con los duros recuerdos de un tiempo familiar de guerra, posguerra y represión que vivieron las familias de los represaliados. Entre los recuerdos felices de los juegos infantiles, los desvelos maternos y paternos y el recuerdo de un abuelo ausente que, como un amigo imaginario, acompañan a la niña Otxoa, se entremezcla el constante recuerdo del desprecio, la marginación y el señalamiento que recibía su familia, condenada a la pobreza y la marginalidad, por haber pensado e imaginado otra idea de España. El resultado de estos recuerdos son cuarenta y seis fotografías en forma de palabras que, entre la nebulosa de los recuerdos, se entremezclan con lo onírico, dando lugar a un conjunto de relatos que viven entre lo real y el mundo imaginario de la infancia, rescatando del olvido del tiempo los sucesos que acontecieron en aquella época que vive entre recuerdos grises y grabaciones en blanco y negro.
A contracorriente con los vientos literarios que dominan la literatura española actual, Otxoa se erigen con esta obra como un parapeto literario. Los relatos de este libro son, por lo general, breves, ráfagas de recuerdos, que le confieren un papel relevante dentro del panorama del microrrelato español. «Tos de perro» , además de ser una novela que conmueve por su poética y su denuncia de una época de represión que algunos pretenden edulcorar, es una oportunidad para acercarse al particular estilo narrativo de Otxoa, que bebe de diferentes fuentes, aunque no se deja dominar por ninguna. Así, en Otxoa vemos reflejadas notas de surrealismo, existencialismo, el expresionismo hiperrealista kafkiano y el absurdo, lo que da lugar a una de las voces más personales e inclasificables del panorama literario español.
Otxoa es una escritora inquieta e inconformista, que posee una amplia obra literaria en la que, como ocurre con la obra de García Márquez, es fácil quedarse atrapado pero es difícil lograr distinguir en qué momento estamos abandonando la realidad de lo que se nos narra para adentrarnos en la ficción. «Tos de perro» , además de una denuncia de la posguerra y una vindicación de la familia y la infancia, es una muestra de su capacidad para mezclar diferentes registros literarios, entre ellos la prosa poética, la fábula, el ensayo o el relato histórico, en breves narraciones. Mención aparte merecen sus personajes, seres perdidos y desorientados, represaliados de la guerra civil, comerciales que venden promesas, mujeres con habilidades cuasi mágicas, artistas circenses y hombres de familia que sobreviven con trabajos mal pagados encadenados en jornadas que les ocupan todo el día, junto a la presencia de animales que reflejan lo más humano que tenemos pero de lo que nos hemos despojado, personajes que transitan en un mundo de apariencias, confusión y mezcla entre realidad y ficción, entre lo absurdo y lo verídico.
Un libro repleto de parábolas sobre la condición humana, la sinrazón y la maldad del ser humano, así como sus paradojas. La insensibilidad, la sinrazón y la violencia se enfrentan al humanismo de los animales antropomorfizados que ponen de relieve su superioridad frente al hombre, como en el caso de esos perros que son apaleados y arrojados a la fosa donde unos franquistas acaban de fusilar al abuelo de la protagonista y a otros represaliados, para que devoren sus cadáveres y a través de cuyas reflexiones entendemos que la falta de humanidad no reside en aquellos seres que llamamos insensibles por su condición de no humanos, sino en nosotros. Pero, en el que, por otra parte, disfrutamos de bellas imágenes oníricas, situaciones mágicas que se entremezclan con la realidad y las ensoñaciones de una niña que ve en sus familiares a seres cuasi mágicos, como el abuelo difunto que guía a la nieta a través de sus días y le explica el porqué de su muerte o la tía encargada del fuego, que se erige en una figura materna que vela por mantener el fuego del hogar, el calor que mantiene unida a la familia. «Tos de perro» es un libro que condensa la idea de estética de la narratividad de Otxoa y que nos abre las puertas a su particular universo literario.