El tejido de los días de Carlos Aurensanz.
por Lara Vesga
Julia llega sola y embarazada a la Zaragoza de 1950. El padre de su hijo acaba de morir y ella apenas ha tenido tiempo para guardar luto, empujada por el deseo de labrar un futuro digno para ella y su vástago. Con ese anhelo emprende el proyecto de abrir un salón de costura y pronto recluta para su causa a Rosita, una joven modista harta de su ex jefa. Enseguida las mujeres de las familias más adineradas de Zaragoza empezarán a frecuentar el taller, atraídas por las modernas telas y unos vestidos tan glamurosos como los que se. diseñan en Madrid y París. Es de este modo como Julia conoce a la familia Monforte y a todo el séquito de trabajadores de su mansión. El portero Vicente, las doncellas Antonia y Francisca, el chófer Sebastián y la cocinera Rosario acabarán siendo más que sus nuevos amigos. Junto con Rosita, su empleada, se convertirán en su nueva familia.
Carlos Aurensanz (Tudela, 1964) ha cosido un entramado de historias cotidianas que emocionan e intrigan a partes iguales. Desmadejar «El tejido de los días» durante sus más de 600 páginas es una delicia que nos hará pasar de la alegría a la tristeza, de la emoción a la intriga, de la sorpresa a la rabia. El punto fuerte de la novela reside en unos personajes labrados con mimo, cada cual con su particular historia que contar. Y todas con su trascendental importancia para el devenir de la novela. A modo de puzle, tendremos que ir recabando los testimonios, recogiendo los puntos de vista de unos y otros. Solo así podremos llegar a tener una visión general, solo así podremos entender la historia que se nos quiere contar. Como en un rompecabezas, si queremos ver el resultado final, ninguna pieza puede faltar.
Amor, secretos inconfesables soterrados durante generaciones, la supervivencia en la difícil época de las cartillas de racionamiento y el estraperlo, la brecha entre ricos y pobres que se profundizó en el franquismo, la familia, la maternidad, el sexo en la España más beata y los primeros intentos de las mujeres por equipararse a los hombres son otros de los temas que aparecen en «El tejido de los días», una obra de alta costura cuyo desfile disfrutaremos al máximo y cuyo final nos dejará boquiabiertos.