La villa de la seda de Tabea Bach.
por Susana Flores García
Una segunda oportunidad.
Esta semana os traemos la vida de Angela, una mujer fuerte, luchadora y con ganas de encontrarse a sí misma. Angela está viviendo uno de los momentos más duros de su existencia. Después de una idílica relación con su marido y de años llenos de amor, éste ha fallecido tras una larga enfermedad que básicamente la ha arrastrado a ella hacía una espiral de dolor y recuerdos. Actualmente su vida se encuentra paralizada, sin embargo, su hija Nathalie le da fuerzas para afrontar su día a día y tratar de salir de esa oscuridad en la que se ve sumida por este devastador golpe. Por mucho que intente ocultar su dolor no sabe cómo afrontar la vida sin él.
Sin embargo, Tess, una vieja amiga de la familia quiere apoyarla y le ofrece viajar a su pueblo, en Italia, donde podrá pasar una temporada para desconectar de todo. Pronto se enamorará del lugar, de la belleza de sus calles, de sus gentes, los parajes y comprenderá que su destino no es volver a Alemania. Gracias a su amiga conoce el comercio de la seda, y aprovecha una oportunidad de negocio para poder ganarse la vida, establecerse allí y dejar atrás todos esos recuerdos que le pesan demasiado para comenzar una nueva vida.
Personalmente, Tess ha pasado a ser uno de mis personajes preferidos. Una anciana entrañable, con una sensibilidad especial a pesar de tener un gran carácter y que, por azares de la vida, al igual que Angela, también ha tenido que convivir con la ausencia de su marido desde hace años. Esto hará que la relación con ella sea muy especial; se comprenden, se respetan y sobre todo se valoran. Las tejedoras también serán parte muy importante en la trama; y aunque los inicios no serán fáciles para Angela, finalmente conseguirá ser una más de ellas. A lo largo de esta aventura personal nuestra viuda conocerá a Vittorio quién entrará en su vida con la clara intención de quedarse. Juntos vivirán una romántica historia donde un mal entendido hará tambalear lo que tanto les ha costado construir.
Angela nos demuestra que se puede seguir adelante, que, aunque el camino no sea fácil no se puede huir del dolor y que, solo haciéndole frente, puede volver a vivir.
“Tal vez solo podemos apreciar de verdad la vida si somos conscientes de que terminará”
Como lectora, las expectativas que tenía de esta pareja eran muy altas y aunque me ha gustado su desenlace, los acontecimientos entre ellos me han parecido un poco precipitados. A pesar de que el final me ha dejado fría, la novela tiene todos los ingredientes para engancharte y no poder parar de leer hasta el final. Tragedia, amor, secretos del pasado y un negocio al borde de la quiebra que junto a una ambientación espectacular hace que la trama te absorba por completo. De lectura amena, con personajes de personalidades muy marcadas en la que la seda y su tratamiento se convierten en un personaje más. Desde el inicio de la novela se nos viene advirtiendo que en parte se trata de una historia que hace homenaje a las tejedoras manuales, una profesión ya casi olvidada. Por lo que también, se trata de un relato de mujer. Os invito a conocer La Villa de la Seda de Tabea Bach.