Los mejores años de Kiley Reid.
por Lara Vesga
En una noche de fiesta con sus amigas, Emira recibe la llamada de la madre de una niña para la que hace de canguro. Le pide que cuide de su hija mientras solucionan un incidente en casa. Emira acepta porque no tiene un duro y le viene bien el dinero extra, aunque la jornada acaba de la peor forma posible, cuando en la tienda del barrio donde vive la familia la acusan de haber secuestrado a la pequeña Briar. Acusación casi sin lugar a dudas debida al color de la piel de Emira.
Todo se embrolla más aún cuando un chico graba la secuencia de hechos con su móvil y exige responsabilidades a la tienda. Pero Emira pasa de todo. Simplemente quiere olvidarse del tema y seguir con su difusa vida, algo que no será posible por culpa de su jefa Alix Chamberlain, una mujer hecha a sí misma cuyo trabajo consiste, en parte, en empoderar a otras mujeres, y que verá en Emira su gran reto vital.
Fresca, divertida e ingeniosa, «Los mejores años» invita a la reflexión profunda sobre temas raciales y de diferencia de clases desde el humor más mordaz. La novela, cuya portada atrae a kilómetros, es como una charla entre amigas que intentan arreglar el mundo con unas cervezas de por medio y música de fondo. Relaja y a la vez te hace repensar todo tu esquema vital. El resultado es un gran debut en la literatura de Kiley Reid (California, 1987), consiguiendo que los derechos de traducción del libro ya se hayan vendido a diecisiete países y que esté en marcha una adaptación cinematográfica.
Con una prosa inteligente, Reid juega a placer con los momentos incómodos, la vergüenza ajena, el cinismo y las falsas cortesías. Consigue hacer magnética la cotidianeidad de unos personajes muy sólidos con cuyos comportamientos cualquier lector podrá verse reflejado y que, precisamente por eso, crearán una atmósfera convincente que harán que la lectura sea compulsiva.
