Nick Carter Y Andreé Bretón: Una pesquisa surrealista de David B.
por Ana Olivares
Os presentamos una novela gráfica con genio. De ilustraciones tenebrosas y oscuras que sirven de premisa para adentrarnos en el mundo de Nick Carter, el gran detective norteamericano. Un personaje de folletín creado en 1886 por el escritor J.R. Coryell, para el New York Weekly, que a partir de entonces se convertiría en un clásico representado por diferentes autores que narrarían los casos más escabrosos y delirantes de este singular detective.
En 1907 llegó a Francia y lo adaptaron al grupo surrealista formado por Andreé Breton, Louis Aragon o Robert Desnos –entre otros-, quienes llevarían a lo alto este movimiento gracias a tan carismático detective americano. El propio autor, nos aclara que se le ocurrió unir a Nick Carter, un personaje ficticio con André Breton, un autor real que elevarían la investigación surrealista-folletinesca a su máximo nivel, regalándonos literatura rápida, improvisada y repleta de imaginación donde las invenciones alocadas y desternillantes junto a imágenes poéticas y turbias se abrirán paso hasta nuestro subconsciente deleitándolo con una de las historias ilustradas más apasionantes y surrealistas que hemos encontrado. A mí me ha recordado en parte a la obra de Edward Gorey, pero solo en algunos matices como las imágenes en blanco y negro, y ese estilo único y característico que lo definen. En realidad, la novela nos presenta a Nick Carter, sus inicios, sus primeras investigaciones y sus más sonados casos; a la par que hace un recorrido por el propio círculo de nuestro autor, que se sirve en modo de homenaje a sus colegas de género o movimiento literario.
Nick Carter debe interrogar al poeta Robert Desnos por su reciente enemistad con Andreé Breton, su cliente y también personaje real. Y es la primera vez que éste interroga a un hombre mientras duerme. Se marcha, pero nota que alguien lo persigue y necesita continuar con su investigación citándose con Nadja, la antigua amante de su cliente internada en un psiquiátrico en Francia, víctima de sus excesos y relacionada con una banda de traficantes que podría estar detrás de la caída en desgracia de Breton. Y mientras está en este centro es atacado por el doctor Quartz.
«Era imposible que un individuo así le hubiera robado ni una pizca de espíritu al surrealismo. ¿Y si Breton había perdido el surrealismo?, ¿y si se lo había olvidado en algún café…?»
Como veis, las pesquisas de Nick Carter son un tanto extrañas. Lo llevarán hasta un barrio de Francia donde lo dejan k.o. Cuando recupera la conciencia está en una cueva rodeado de mafiosos que finalmente lo liberan al explicarle los motivos de su visita. Después, su cliente, Breton, acusa a Dalí de robarle la mujer a su amigo el poeta Paul Éluard, Gala; por lo que Nick viajará hasta Estados Unidos en busca de respuestas mientras el Doctor Quartz le sigue de cerca. Existe un tórrido encuentro con Gala, donde la psicodelia y el surrealismo alcanzan su cúspide. Resultando que Dalí y Gala estaban compinchados con Quartz y lo atrapan en su laboratorio; suerte que el propio Breton acude al rescate de forma onírica y lo libera. Poco a poco Nick se convierte en el guardaespaldas personal de Breton, ya que en el fondo éste no quería desvelar ningún enigma, sino conducirlo por un viaje apasionante que unificase a los mayores representantes del movimiento surrealista de todo el Mundo. En este punto viaja a Londres, donde se reencuentra con su archienemigo, el doctor, huye a Bruselas y después viajará a México con Breton donde se reunirán con Trotsky, donde la policía secreta de Stalin los persigue, mientras se quedan prendados de las obras de Frida Kahlo…Como veis, se trata de una novela apasionante y muy didáctica, pues hace un repaso de los mayores representantes del surrealismo de todo el mundo, ya sea a través de sus movimientos pictóricos o literarios, además de que nos introduce en el marco histórico y político gracias a los relevantes personajes que aparecen, distinguiendo entre buenos y malos, con cientos de batallas cruentas pero de desenlaces inesperados. Una de las novelas gráficas más cultas que nos pueden acercar sin darnos ni cuenta a episodios de la historia que marcaron a toda una generación de artistas, quienes nos legaron un patrimonio cultural rico y especialmente emocionante.
He de reconocer que al principio no sabía muy bien qué me iba a encontrar, si entendería realmente el mensaje que dicho autor pretendía, y pese a que pueda parecer un homenaje al movimiento surrealista, es mucho más que una novela visual entretenida, ya que la cultura, el arte y la diversión que encierra la hacen magistral.
Las representaciones en blanco y negro no hacen más que enfatizar esta idea, y resultan de lo más intrigantes y emocionantes, siempre acompañadas de fragmentos escritos que nos ayudan a meternos de lleno en la historia de Nick Carter y André Breton.
Una lectura apasionante y fabulosamente surrealista que espera ser descubierta por los lectores más ávidos. Personalmente me ha encantado, por lo que la recomiendo encarecidamente.