por Rubén J. Olivares
“…I put a spell on you
Because you’re mineYou better stop the things you do
I tell you, I ain’t lying
I ain’t lying…”I put a spell on you – Screamin’ Jay Hawkins
Quién no haya leído aún ninguna obra de Pablo Katchadjian y se acerque por primera vez a él descubrirá, como yo, que estamos ante un autor tan peculiar como llamativo, para quien la literatura es un divertimento, un juego con el que a veces podemos permitirnos ser un poco gamberros y despojarla de la solemnidad con la que solemos revestirla. En esta novela Katchadjian da muestra de su particular estilo, huyendo siempre de cualquier género o forma narrativa que pueda encasillar su obra. Su escritura es una experimentación creativa en busca de algo nuevo que sirva para renovar lo tradicional, pero sin perder de vista la capacidad de sorpresa, entretenimiento y enganche del lector con una historia llena de intriga y misterio. Con “Una oportunidad”, Katchadjian centra su atención en el libre albedrío y en la dificultad que la falta de tomar decisiones tiene en nuestra vida. El protagonista de esta novela es un hombre que ha sido embrujado y ahora es incapaz de hacer elecciones, de realizar las acciones cotidianas y simples que todos hacemos porque un embrujo se lo impide. Alguien podría pensar que es un pobre enfermo mental bajos los efectos de la aboulomanía, lo que aún le daría algún alivio al poder acudir a un psiquiatra o psicólogo para poner fin a su mal, pero realmente es un hombre embrujado que sólo puede obtener su cura de la mano de otro embrujo que le libere. Esta indecisión constante lo sitúa en un espacio de eterna duda y contradicción, de inmovilidad ante el presente y no digamos el futuro: el narrador trata de contar, en una especie de errático diario, que es lo que está viviendo en cada momento de su vida, pero lo hace a través de titubeos y saltos mentales, pues además de ser incapaz de tomar decisiones, parece haber caído preso del miedo a tener que decidir y se muestra incapaz de poner orden en sus pensamientos para contar lo que está viviendo.
Nunca hay una única opción a la hora de tomar una elección, sino una serie de caminos cuyo final desconocemos hasta que transitamos por su senda. El protagonista se halla sumido en una continua incertidumbre, preso de una realidad que transita entre lo onírico y lo real, lleno de indecisiones, de senderos que se bifurcan y de personajes que no llega nunca a identificar como irreales o verdaderos, ante los que la mejor elección es no tomar ninguna decisión. Es en la incertidumbre donde la literatura de Katchadjian logra su mayor desarrollo. Todo en este libro es un juego literario, empezando por el título, que queda desmentido desde el principio, pues el libro está lleno de oportunidades, de decisiones que el protagonista tiene que tomar, aunque sea incapaz de hacerlo. La ironía, que planea por toda la obra, nos muestra que Katchadjian es un maestro de la sátira que cuestiona a las propias palabras como portadoras de sentido. La comprensión de lo que estamos leyendo, de esta historia, no llega a tomar forma porque se escapa por las rendijas de la literatura. Katchadjian nos pone en esa posición, mostrándonos que no hay nada más seductor que no llegar a entender del todo, quedarse atrapado en la ambigüedad, en las incógnitas que no llegan a resolverse, en esta obra literaria. “Una oportunidad”, un libro muy divertido y repleto de giros inesperados y sin aparente sentido, nos pone ante el espejo de convertir la vida diaria en una continua sucesión de elecciones ante las que no podemos tomar partido, y sin embargo fluye con normalidad. Fluye porque, como ocurre en la vida, nada puede quedarse estancado. Así que el protagonista de esta historia escribe página tras página hasta poder cerrar el libro, una historia llena de giros inesperados entre los que quedamos atrapados, con la intriga de saber cómo puede acabar una historia semejante. Espero que sepan darle una oportunidad a esta obra y disfruten de la peculiar propuesta que nos plantea Katchadjian. No se arrepentirán.