Desde el ojo del huracán de Marina Sanmartín
por Javier Velasco Martín
‘No es la lectura la que nos enriquece y nos salva, sino su comprensión y el hecho de que se convierta en material de discusión y aprendizaje al compartirla con los demás. Para eso están las librerías’
Hay libros que nos invitan a enamorarnos. Libros que nos invitan a viajar. Que nos invitan a reír. A soñar. A Sentir. Libros que nos aterran, que nos incomodan, que nos hacen revolvernos en el sofá. Que nos ayudan. Libros que estás deseando acabar, y libros que no quieres que acaben nunca. Y libros que nos invitan a reflexionar.
Es dentro de esta última categoría donde podemos encuadrar este magnífico libro de Marina Sanmartín. Pero a reflexionar no sobre cualquier ámbito de tu vida, ya sea amor propio, autoestima, propósito en la vida o algo que se le relacione. Sino libros que invitan a reflexionar sobre la importancia de éstos mismos. De estos y de las personas que se dedican a ello, así como de los lugares que los habitan.
En este libro, la autora nos hace partícipes, entre otras cosas, de su recorrido tanto profesional como de apasionada lectora, de cómo los libros han ido marcando su vida, y cómo llegó a convertirse en librera, sin dejar atrás todo lo que supone esta profesión, más allá de ser simplemente una mera persona que se encarga de vender libros.
Si bien es cierto que hoy día existen muchos libros que hablen sobre los propios libros en sí y sobre las librerías, tales como ‘El infinito en un junco’ de Irene Vallejo, ‘La sombra del viento’ de Carlos Ruíz Zafón, o ‘La librera de El Cairo’ de Nadia Wassef, en los cuales se hace referencia a cómo los libros han cambiado el curso de la humanidad y cómo han servido de ayuda en miles de contextos diferentes entre sí, no es tan usual que sea un librero quien se aventure a escribir sobre su propia experiencia vital con los libros.
Cada historia es particular, y cada libro en particular es un mundo. Mundos dentro de otros mundos que se convierten en sanación, alivio y libertad para toda aquella persona que se decida a meterse dentro.
Uno de los puntos fuertes de esta obra ha sido el abordar cómo el sector afrontó durante la pandemia todas las dificultades que tuvieron para salir adelante y cómo se las ingenió para sobrevivir. Una oda al espíritu de las librerías pequeñas e independientes. Un canto y una llamada a que la gente apueste por estos centros con el fin de seguir manteniendo intactos tanto su espíritu como su esencia.
Muy enriquecedoras para mí, además de toda la historia personal de Marina, han sido todas las aportaciones y el nombrar a otras grandes librerías que, distribuidas por toda la geografía tanto nacional como internacional, han marcado un antes y un después: librerías que han inspirado grandes libros e increíbles películas; librerías que hoy día quiero visitar y en las que quiero perderme.
Y es que, más allá de todas las historias en las que nos sumergimos cuando arrancamos con una nueva novela, de vez en cuando está genial parar, disfrutar de libros así, que nos hagan reflexionar sobre nuestra relación con los libros, la relación que cada uno tenga de manera individual con ellos y cómo le han salvado o ayudado en según qué momentos de su vida.
Gracias Marina por ofrecernos tu particular historia y por hacer que me entren aún más ganas a mí de hacer ese maravilloso recorrido que has hecho y has compartido con todos nosotros con ‘Desde el ojo del huracán, una historia íntima de las librerías’, por compartir parte de tu vida y cómo los libros han sido parte de tu salvación, parte de tu vía de escape a un mundo en el que a veces te sientes incomprendida. Gracias Editorial Ariel igualmente por hacerlo posible también y por ofrecernos este libro en el que la autora nos guía a través de tres puntos principales: su trayectoria como apasionada lectora, el mundo de las librerías en la actualidad, y la historia universal de ellas, dejando patente el indudable y fehaciente poder de los libros.
Raro es acabar el libro y que, como amante de la lectura, no te entren ganas de hacer un repaso de tu vida y de los libros que más te han marcado a lo largo de todo tu recorrido.
‘…yo me senté en la cama que compartía con Ana, puse mi mano de uñas mordidas sobre la cubierta de la novela de Conroy y me dije a mí mismo, muy bajito, sintiéndome el ser más incomprendido sobre la faz de la tierra: Un día seré escritora’