El baile de Irène Némirovsky
por Ana Olivares
Un baile de máscaras
Esta semana os presentamos uno de los Pequeños Placeres literarios a los que nos tiene acostumbrados esta colección de clásicos deliciosamente escogida. El Baile, de Irène Némirovsky, es para aquellos lectores que disfrutan con una buena historia.
La novela es una especie de pulso invisible y suspicaz que mantiene nuestra joven protagonista de catorce años, Antoinette, con su madre, la señora Kampf, una mujer de mediana edad y ansiosa por demostrar su nuevo status social. Ahora que pertenece a la flor y nata de la ciudad, debe permanecer constantemente atenta a cualquier detalle que transcurra en su hogar. Recordándole a su hija como debe comportarse una dama de su posición, y pese a que lo intenta, no es capaz de eliminar esa vulgaridad y falta de decoro que se gasta ni contratando a nodrizas para que la eduquen. Sin embargo, su marido tampoco se esfuerza demasiado, no piensa que sea para tanto, y esto la agota; aunque gracias a él al fin está viviendo la vida que ella merecía. Y por si alguien aún tiene dudas de su posición, decide celebrar un baile en su casa; será la oportunidad perfecta para conocer en persona a las más selectas familias del momento y por supuesto, un plan perfecto para lucir su nueva riqueza.
Los nervios por los preparativos del baile, el día a día y la organización de un evento que les venía grande hasta la fecha, comienza a pasarle factura a la señora Kampf, quien arremete sin piedad contra su hija y todo aquel sirviente o sirvienta que se cruce en su camino. Incluso Antoinette ha osado insinuar querer asistir al baile, una idea de lo más horrible siendo como es…Y en este hogar se empieza a sembrar un ambiente rancio y asfixiante que contamina todo.
El error es que tanto la institutriz como sus padres han subestimado las ambiciones de una niña que pronto se convertirá en mujer y tiene tantas o más aspiraciones y metas que su madre. Esa arpía sin corazón que la relega y aparta de cualquier situación. Antoinette, que hasta ahora se ha mostrado tímida y sumisa, no olvida quienes eran antes de pertenecer a ese mundo demasiado perfecto para ella y sin previo aviso decide intervenir al respecto. Y conforme más se va acercando la hora señalada para el famoso baile, más nos inunda el sudor frío, el temor y ese miedo acérrimo a no ser suficientes, a fallar en nuestro intento por encajar en una jaula que nosotros mismos hemos ido construyendo con prejuicios propios y ajenos. Y es que no hay nada más terrorífico que enfrentarse a esa verdad que no supimos reconocer a tiempo.
Se trata de una historia de venganza, pequeña pero muy intensa; toda una sorpresa literaria por el cambio de ritmo. Nada es lo que parece desde el principio y su argumento cotidiano acaba resultando ser una bomba de relojería deliciosa.