Intimidades de Katie Kitamura.
por Vanessa Díez Tarí
Tras darme el alta después de la operación llegué a Lanzarote. Nunca había estado en esta tierra y aún no la sentía como mía. Se sucedían las noches en el trabajo. Al principio sólo sabía ir en coche a los hoteles de la isla donde debía trabajar. Y no conocía a otra gente más allá de mi círculo cercano, mi pareja y sus padres. Mi familia se había quedado en la península. Todo había quedado allí. Y no sabía cuánto tiempo me quedaría. Cuando uno se marcha el sentimiento de desarraigo te arrastra a la deriva por un tiempo. Los espacios no te pertenecen, ni las calles, sin personas que te tomen de la mano y te acompañen.
Así se siente nuestra protagonista en una nueva ciudad. Su padre ha muerto tras una larga enfermedad. Ella dejó atrás Nueva York. Y su madre volvió a Singapur. En La Haya ha decidido empezar de nuevo. Y tras las primeras semanas empieza a enfrentarse al dolor al que no había prestado atención. Dejar salir los sentimientos encajados en los pulmones.
Su trabajo como intérprete en el Tribunal Penal Internacional le ayuda a hacer pie en la realidad y a estar en contacto con otros. Después conoce a su amiga Jana que tampoco es de la ciudad y ambas se ayudan y se comprenden en ese sentimiento de no pertenencia. Jana lleva allí más años e incluso tiene una hipoteca reciente que debería hacerla sentir estable y segura, pero realmente no es así. Ambas mujeres profesionales en una ciudad que no les pertenece.
Empieza a salir con Adrián y no le pide mucho. Sentir su piel y calor. Va descubriendo por mediación de un conocido que está separado y tiene hijos. Y él abandona la ciudad para resolver la situación con su mujer que está en Portugal. Mientras a ella la deja viviendo sola en su apartamento. El silencio la atenaza. Las dudas empiezan a formar parte de todo. Y no es capaz de avanzar. Él no llama ni contesta a los mensajes. El dolor ante su silencio la atraviesa. Se suceden los días entre su soledad en el apartamento y sus jornadas en el Tribunal rodeada de tanta gente. Debe cubrir la baja de una compañera y así se adentra en el juicio a un exjefe de Estado de un país africano acusado de crímenes de guerra. Emocionalmente supone un complejo proceso de adaptación para ella y además el acusado la solicita como intérprete, teniendo que asistir a sesiones con el acusado y sus abogados, siendo consciente de la personalidad de él y la crudeza de los hechos. La cercanía con un depredador tal la consume y la adentra en el desasosiego y la ansiedad. La cabina la protegía de la cruel realidad que traducía. En la cárcel ante él ya no hay quien la proteja.
«Intimidades», cuarta novela de la estadounidense Katie Kitamura, nos adentra en lo cotidiano de forma sencilla y sutil. Un juicio. Un atraco. Unos amantes. Para después demostrarnos que nada es como parece o quizá no como pensamos a simple vista. No todos dicen aquello que sienten. Y los hechos pueden ser otros. Incluso nuestra protagonista será capaz de decir medias verdades, ahogar su sufrimiento y renunciar a algunas cosas para seguir adelante. Hablar de sentimientos no es fácil y dejarse arrastrar por el vacío del pasado puede ser la salida para no sentirse vulnerable ante el otro.