La carne del cisne de Teresa Cardona
por Lara Vesga
Parecen bajar los grados de este verano interminable cuando se comienza a leer La carne del cisne, una novela envuelta en la espesa niebla del invierno de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Dan ganas de ponerse el abrigo y enfundarse gorro, guantes y bufanda para acompañar a sus personajes a tomar un caldo en alguna de las tabernas del pueblo o a desayunar unas porras con chocolate. Y, mientras afuera diluvia, intentar desentrañar el último caso de asesinato que ha tenido lugar en la zona.
Teresa Cardona (Madrid, 1973) consigue refrescarnos en estos calurosos días con La carne del cisne, la brillante tercera entrega de la serie de la teniente Blecker y el brigada Cano, que gira en torno a la violenta muerta de una joven durante el arranque del invierno en un chalet de la sierra madrileña.
Generando un ambiente único y construyendo una trama absorbente, sólida y sin fisuras, la autora nos irá desgranando una historia con muchos vértices y aristas en la que solo será posible llegar a la verdad a través del viaje por las múltiples verdades de sus protagonistas. Cardona maneja sin duda el don de hacer dudar, de provocar interrogantes y de obligar a revisar sus convicciones tanto a los personajes como a los lectores. Como decía el poeta Ramón de Campoamor, “nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”, frase que en La carne del cisne cobra un especial significado, como puede comprobarse según avanza la trama.
Planteando dilemas éticos y obligando al lector a ponerse en los zapatos de cada uno de los personajes de la novela, la novela difumina los nítidos contornos previamente establecidos sobre la condición de víctimas y verdugos y da voz a todas las versiones, pues solo a través de todas ellas será posible alcanzar la verdad.
Considerada ya como una de las grandes revelaciones de la novela negra española, Teresa Cardona ha confesado que estuvo a punto de abandonar el género, aunque afortunadamente visionó un nuevo crimen que le hizo seguir escribiendo hasta el punto de reconocer que tiene muy avanzada ya, para el deleite de sus lectores, la cuarta entrega.