La Ciudad Universitaria de Madrid y la Casa de Velázquez: escenas y huellas de una guerra de Rafael R. Tranche
por José Luis Sola Marín

La Ciudad Universitaria de Madrid y la Casa de Velázquez: escenas y huellas de una guerra de Rafael R. Tranche
A pesar de los pesares, Madrid nunca fue la tumba del fascismo. Aunque los diferentes gobiernos surgidos tras las elecciones de febrero de 1936, donde la izquierda ganó, intentaron defender Madrid a toda costa (en detrimento de otras regiones como Cataluña o Aragón), la realidad muestra que las armas y las municiones nunca llegaron a los soldados ni a las milicias. Muchos de los soldados carecían de formación militar. A ello hay que sumar el hecho de que no había coordinación entre los diferentes grupos políticos para enfrentarse al bando sublevado. A diferencia de la República, el bando golpista, contaba con militares preparados y experimentados y, sobre todo, medios de todo tipo facilitados por la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.
El golpe militar triunfó en algunas zonas y rápidamente llegó a Madrid donde prácticamente se consolidó una trinchera en la Ciudad Universitaria, lugar éste en el que los enfrentamientos fueron cuerpo a cuerpo y sin ningún tipo de miramientos entre los bandos. El lugar del pensamiento y del raciocinio fue ocupado por la guerra. Se convirtió la Universidad en un campo de batalla improvisado durante más de dos años, lo cual impidió que los enfrentamientos llegaran a los lugares más poblados de la ciudad de Madrid, lo que hubiera significado un baño de sangre.
La Ciudad Universitaria estaba basada en dos ejes fundamentales: la casa de Velázquez y el Hospital Clínico y dichos lugares fueron casi totalmente borrados del mapa por la intensidad de los combates. En esta obra se relata de una forma visual y gráfica, a través de fotografías, de cómo la guerra acabo con toda la Ciudad Universitaria. Pero no sólo la fotografía reflejó la barbarie de la Ciudad Universitaria de Madrid, también la literatura, sobre todo la poesía y el cine, plasmaron los detalles de los que allí estaba ocurriendo. Por supuesto, la prensa fue otro actor muy importante del conflicto que sirvió, sin ningún tipo de dudas, para mantener informada a la población (o manipulada).
Como no podría ser de otra forma, acabada la Guerra la zona fue reurbanizada utilizándose las técnicas constructivas propias de la época y dando sólo memoria a los muertos de un lado. Como si se tratara de un pantano más, la nueva Ciudad Universitaria quedó inaugurada, a bombo y platillo, por su excelencia el Jefe del Estado, Caudillo por la Gracia de Dios, en cuya España sólo cabían unos pocos.
Rafael R. Tranche, autor de La Ciudad Universitaria de Madrid y la Casa de Velázquez: escenas y huellas de una guerra, es catedrático de Comunicación Audivisual en la Universidad Complutense de Madrid. Sus principales investigaciones se han centrado en la historia del cine español y en la función propagandística de las imágenes durante la guerra civil española y el franquismo.