La herencia de los huesos de Elly Griffiths
por Lara Vesga
La reputada arqueóloga forense Ruth Galloway regresa con una cuarta entrega en la que tendrá que colaborar en la resolución de un caso relacionado con la misteriosa historia de un obispo medieval y una antigua leyenda australiana. Tras el éxito internacional de «Los ecos del pantano», «El umbral de la mentira» y «Una tumba entre las rocas», en «La herencia de los huesos» Galloway deberá conciliar sus facetas de arqueóloga y madre solitaria y descifrar el mensaje que ocultan unos antiquísimos cráneos aborígenes mientras cuida de Kate, su incombustible hija de un año recién cumplido.
La trama arranca con la apertura de un féretro medieval en el que supuestamente yacen los restos de un antepasado de los propietarios del museo de Norfolk. Al acto está invitada la flor y nata de la sociedad, pero todo se cancela cuando justo antes de que comience la ceremonia aparece moribundo, junto al féretro, el director del museo. Y junto a él tan solo unas pocas pistas: una guía abierta con unas palabras subrayadas, un zapato abandonado sin su par, y unas cartas amenazadoras escondidas en un cajón.
Elly Griffiths (Londres, 1963), consigue de nuevo mostrar un Norfolk sombrío y misterioso que en la víspera de Halloween rescatará un puñado de viejas historias y leyendas sobre el colonialismo y el expolio de bienes culturales y sus repercusiones siglos después en las vidas de los descendientes de los expoliadores y los expoliados.
Novela no apta para supersticiosos, La herencia de los huesos ahonda también en el delicado momento que atraviesa la relación entre la arqueóloga Ruth Galloway y el inspector encargado de resolver el caso Harry Nelson, mientras que recupera a otros personajes icónicos de la serie como el estrafalario chamán Cathbad, que será vital en el desarrollo de este cuarto libro de la serie, y al tándem de sargentos David Clough y Judy Johnson, que siguen practicando eso del “ni contigo, ni si ti”.