Abraza a la niña que fuiste.
por Vanessa Díez Tarí
Abraza a la niña que fuiste de Marta Segrelles
¿Por qué nos cuesta tanto sostener las emociones? No nos enseñaron cuando éramos niños y nos asustamos ante aquello que nos supera. El miedo a sentir dolor. Alguien llega ante ti y te hace daño ¿pero que te duele la herida que ya tenías o lo que te hizo esa persona? La herida fue antes. De éstos y otros asuntos estuve hablando el pasado viernes con Marta Segrelles por la publicación de su último libro «Abraza a la niña que fuiste». Un trabajo sobre las heridas del pasado donde esta joven psicóloga humanista ha madurado la terapia integradora que acoge a sus pacientes. Abrir la puerta al trauma es algo complejo que dura toda una vida. Esto me gustó de Marta. Sincera y cercana lo refleja en esta obra. Sin tabúes y con un lenguaje didáctico habla de estudios que respaldan su forma de hacer y además da ejercicios para abrir boca. Ningún libro será la panacea, pero quizá sea la forma de que alguien tome confianza para acercarse a la terapia.
Según la OMS una de cada cuatro personas tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida. En carne propia o de alguien cercano, pero nos traspasará. No hablamos, no enfrentamos y no sentimos. Y la herida sigue ahí. Ansiedad y depresión son las enfermedades que más abundan pero siguen debajo de la alfombra y usamos un eufemismo para poder nombrarlas: estrés. Hay que despatologizar y desestigmatizar la salud mental, ya que es bienestar emocional, psicológico y social. El camino hacia una vida sana también incluye una salud mental equilibrada.
«Abraza a la niña que fuiste» de Marta Segrelles es una herramienta útil con ejercicios sencillos que podrás usar en el día a día. Este es el proceso de cómo se ve la niña interior en terapia. Reparar la herida es necesario y lento. Y saber qué comprometernos con nosotros mismos es el mayor regalo que nos podremos dar. Este libro está escrito en femenino, porque la mayoría de pacientes son mujeres. También la ansiedad y depresión se sufre más del doble en mujeres. De cada diez pacientes uno será hombre y necesitará que alguien conocido le haya recomendado esta terapia.
Para el final a modo de despedida dejo la pregunta difícil sobre atención psicológica y sistema sanitario público. Me quedo con «la salud mental es un privilegio cuando debería ser un derecho». Un psicólogo que te ve diez minutos cada medio año no puede abrir la puerta al trauma y sostenerte.
Decía Kate Millet que “Lo personal es político” y para mí se traduce en «lo que nos duele nos mueve». Marta no quería hablar de política en esta entrevista, pero hemos hablado de dolor. Y seguirá habiendo mucha gente en los márgenes del sistema con necesidad de ayuda psicológica.
Gracias Marta Segrelles por ofrecer herramientas que puedan ofrecer respuestas y recursos. Porque si no puedes pagarte terapia cada dos semanas durante un año quizá si te llega para un libro. Aquí encontrarás una forma sencilla de saber qué te está pasando. Conocerse es el camino para apagar nuestras luces de emergencia y así evitar que otros controlen nuestras reacciones automáticas desde el dolor.