Crímenes pregonados de Rebeca Martín

Crímenes pregonados de Rebeca Martín

Que el interés por el true crime es más viejo que el hilo negro y no es cosa de nuestra era nos lo demuestra Rebeca Martín (León, 1977) a través de la reconstrucción de cinco crímenes reales que tuvieron una enorme repercusión en la España peninsular y colonial de los siglos XVIII y XIX.

En «Crímenes pregonados» es notoriamente palpable el trabajazo de investigación y documentación que hay detrás de cada uno de los casos, contados además con un pulso narrativo no menor que el de una excelente novela negra, logrando que el lector se zambulla en cada época, cada peculiar contexto y cada historia de una manera tal que las páginas pasan sin darse apenas cuenta.

Desde los infanticidios del liberto Romualdo Denis, pasando por el asesinato del comerciante madrileño Francisco del Castillo a manos de su esposa y el amante de esta, el triple homicidio perpetrado por Pedro Fiol en Barcelona, el uxoricidio que cometió el pintor hispanofilipino Juan Luna Novicio en París, que mató a su mujer y a su suegra, hasta los asesinatos en serie del gallego Manuel Blanco Romasanta, Crímenes pregonados despliega cinco escenarios donde se representan las principales tensiones que han recorrido, recorren y posiblemente recorrerán nuestras sociedades, trascendiendo el mero hecho criminal para explorar otras cuestiones como los prejuicios étnicos, la violencia de género, el poder de los medios, la tortura, la pena capital o la salud mental.

La autora nos demuestra de un modo magistral cómo no hay tanta diferencia entre los crímenes reales o las causas célebres, pregonadas en las calles de ciudades y pueblos hace siglos, y los true crime que hoy en día están tan presentes en libros, plataformas de streaming y podcasts. Los sucesos escandalosos y sangrientos, y todas las hipótesis y fabulaciones que se forjan a su alrededor, siempre han llamado la atención y lo seguirán haciendo, es algo casi inherente al ser humano. Pero tratados con rigor, respeto y cero sensacionalismo, estos crímenes también nos muestran parte de la historia de España y de los contextos de cada época, conformando un relato histórico y una crónica social sumamente interesantes, que abundan no solo en el crimen y sus circunstancias sino en sus antecedentes, en los diferentes procesos judiciales, en los estudios psicológicos de los personajes involucrados y en los destinos finales de víctimas y verdugos.

Aunque el estudio se ha centrado en cinco causas célebres, el libro está sazonado aquí y allá con otros muchos crímenes nacionales, algunos tan conocidos como el crimen de la madrileña calle Fuencarral, del que escribieron autores como Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. Hay otros nada conocidos, al menos para quien suscribe esta reseña y otro, como el del asesino en serie Romasanta, caso estudiado en profundidad por la autora, que, aunque más famoso, aporta en esta nueva investigación la posibilidad de que, pese a los años transcurridos, quizá no todo esté dicho sobre uno de los primeros asesinos en serie españoles de los que se tiene constancia.

Viendo que hay tanta tela que cortar en cuanto al estudio de la historia y de la sociedad a través de sus crímenes más antiguos, me quedo con las ganas de una nueva remesa de casos. Sería una buenísima noticia saber que su autora seguirá desempolvando estos viejos crímenes que tanto aportan sobre la radiografía de un país.