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El chirrión de los políticos de Azorín

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por Rubén J. Olivares

El chirrión de los políticos de Azorín

El chirrión de los políticos de Azorín

«El chirrión de los políticos» de José Martínez Ruiz, más conocido como Azorín, es una obra que, a pesar de ser escrita en 1923, conserva una sorprendente vigencia. A través de una mirada aguda y satírica, Azorín disecciona los entresijos de la política española de la Restauración, revelando una serie de vicios y mecanismos que, lamentablemente, siguen resonando en la actualidad.

En sus páginas descubrimos un retrato descarnado de la clase política de su época que bien podría haber sido la crónica de la actual. Azorín describe a aquellos políticos como seres incapaces de trascender sus propios intereses, envueltos en una maraña de intrigas, promesas vacías y discursos grandilocuentes. A través de una prosa precisa y elegante, el autor nos presenta un elenco de personajes caricaturescos, desde el ministro corrupto hasta el diputado oportunista, pasando por el periodista venal.

Estamos ante un retrato crudo, una sátira mordaz con la que Azorín nos sumerge en la vida de la corrupta y decadente clase política española de la Restauración. A través de una mirada irónica y un sarcasmo corrosivo, el autor retrata un panorama desolador donde la ambición, la hipocresía y el interés personal priman sobre el bien común. «El chirrión de los políticos» es una disección elaborada con una prosa ácida y precisa de las entrañas del poder político, a través de las cuales nos expone las manipulaciones, discursos vacíos e intrigas que caracterizan a la clase gobernante de aquella época  -aunque bien podríamos decir que habla de la España actual-. Los personajes que pululan por las páginas de esta obra son caricaturas de políticos corruptos, oportunistas y deshonestos que se sirven del poder político para su propio beneficio y para sus allegados, costumbre que parece haber arraigado entre la clase política.

A lo largo de sus páginas Azorín va desgranando los diferentes males que identifica en la clase política de la época, tales como la corrupción, la cual se convierte en uno de los temas centrales de la obra. Azorín denuncia la utilización del poder para beneficio personal y la connivencia entre políticos y empresarios, poniendo de relieve la hipocresía que reina entre éstos, dado que los políticos se presentan como defensores de los intereses generales, pero en realidad actúan en función de sus propios intereses partidistas. Otro de los grandes temas que Azorín desgrana en esta obra es la incisiva crítica al lenguaje político de la época, plagado de eufemismos y ambigüedades. El lenguaje, según el autor, se convierte en un instrumento de manipulación y ocultamiento de la realidad, empleado para ocultar la decadencia de la sociedad del momento, una de las mayores críticas que encontramos en «El chirrión de los políticos», donde pone de relieve como la corrupción y la falta de valores se extienden a todos los ámbitos de la vida y contaminan los diferentes estratos sociales de la misma.

La novela se convierte en una aguda crítica social, donde Azorín no sólo denuncia los males de la política, sino también la decadencia de una sociedad enferma. El estilo literario de Azorín en «El chirrión de los políticos» es una pieza clave para entender la efectividad de su sátira política. A través de una prosa cuidada y precisa, el autor logra construir un retrato mordaz y crítico de la clase política de su tiempo. Escrito con sencillez y claridad, Azorín evita las florituras y las construcciones lingüísticas complejas. Su prosa es directa y accesible, lo que facilita la comprensión de sus ideas y hace que su crítica sea más incisiva, reforzándola con sus descripciones, minuciosas y evocadoras, creando una atmósfera de pesimismo y desencanto, que se ve aligerada por el uso de la ironía y el sarcasmo, herramientas fundamentales en el arsenal estilístico de Azorín,  a través de las cuales el autor logra distanciarse de sus personajes y subrayar su crítica social y política, arrancando las sonrisas del lector ante el desolador panorama que se le describe. Azorín utiliza un lenguaje cercano al habla cotidiana, lo que hace que su obra sea más cercana y comprensible para el lector, lo que junto al ritmo de la narración, lento y pausado, permite al lector detenerse en cada detalle y reflexionar sobre el significado de las palabras, logrando con todo ello transmitir al lector una sensación de desencanto y pesimismo ante la situación política y social del país.

A pesar de ser escrita en un contexto histórico concreto, «El chirrión de los políticos» conserva una sorprendente vigencia. Los vicios y mecanismos que Azorín denuncia siguen estando presentes en la política actual, lo que convierte a esta obra en un clásico de la literatura española y en una reflexión atemporal sobre el poder y la corrupción.

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