El cinéfilo de Walker Percy
por Rubén J. Olivares
Publicada originalmente en 1961, “El cinéfilo” fue la novela debut de Walker Percy y le otorgó el Premio Nacional del Libro en Estados Unidos, consagrando a Percy como una voz singular en la literatura americana del siglo XX. La novela se sitúa en la Nueva Orleans de mediados del siglo pasado y sigue la vida de Binx Bolling, un joven agente de bolsa atrapado en una rutina carente de significado, en la que la búsqueda de autenticidad y propósito se convierte en su mayor desafío. Con una mezcla de introspección existencial, observación social y una narrativa que captura el tono de la vida moderna, Percy construye una obra que explora la alienación de un hombre en una sociedad superficial y su intento de llenar ese vacío a través de un peculiar viaje interior.
La historia de “El cinéfilo” se centra en la “búsqueda” de Binx Bolling, una misión que él mismo emprende como una forma de escapar de la monotonía y la indiferencia que dominan su vida. Binx, en sus treinta, es un agente de bolsa que vive en un suburbio de Nueva Orleans, y aunque parece tener una vida acomodada y sin problemas, está profundamente insatisfecho. Se siente desconectado de la realidad, de los valores sociales y, en última instancia, de sí mismo. Como cinéfilo, se refugia en las películas, encontrando en ellas una alternativa a la vida real y, al mismo tiempo, un escape de la monotonía. Percy utiliza el cine como símbolo del escapismo de Binx y como una metáfora de la superficialidad de la vida moderna: un lugar donde las experiencias son intensas y fugaces, pero en última instancia vacías.
El concepto de la «búsqueda» es uno de los pilares de la novela. Binx inicia esta misión sin saber realmente qué está buscando, y en gran medida, la búsqueda parece ser una excusa para escapar de la vida ordinaria. Sin embargo, para él, la búsqueda es una forma de resistencia a la banalidad. Percy presenta la vida cotidiana de Binx como una serie de actos rutinarios y desprovistos de propósito, un reflejo de la alienación característica de la modernidad, que su protagonista siente como una «mala fe» en términos existenciales. Al igual que en la obra de Kierkegaard, de quien Percy fue un lector y admirador, Binx experimenta una inquietud que lo impulsa a cuestionar el sentido de su existencia. Sin embargo, en su caso, esa inquietud no se traduce en una rebelión abierta, sino en una silenciosa búsqueda de sentido, de algún tipo de autenticidad, aunque no pueda definirla del todo.
“El cinéfilo” refleja el clima existencialista de los años 50 y 60, una época en la que el materialismo y el confort empezaban a desplazar los valores tradicionales y espirituales en la sociedad estadounidense. Percy muestra a un Binx atrapado en la rutina superficial de su empleo, donde el éxito económico y la estabilidad se han convertido en sustitutos del propósito de vida. Sin embargo, Binx no es el típico protagonista rebelde que huye de las normas. Más bien, se le presenta como alguien que simplemente sigue las reglas sin cuestionarlas demasiado, mientras siente que el sentido profundo de la vida le escapa.
El personaje de Binx es también una crítica a la clase media estadounidense de la posguerra, que Percy retrata como conformista y satisfecha en su superficialidad. La madre de Binx, su tía Emily y las personas de su entorno parecen cómodas en una vida que él percibe como hueca. Percy muestra cómo el entorno cultural en el que se mueve Binx lo empuja hacia una existencia que, aunque cómoda y estable, carece de profundidad emocional y espiritual. Este vacío, que es tanto existencial como cultural, lo impulsa a buscar algo, cualquier cosa, que rompa con la monotonía y le devuelva algo de sentido.
Otro elemento fundamental en la novela es la relación de Binx con su prima Kate Cutrer, una joven con problemas emocionales y, al igual que él, atrapada en un mundo al que siente que no pertenece. Kate representa un espejo de los conflictos internos de Binx, pero su actitud hacia la vida es diferente. Mientras que Binx escapa hacia el cine y su búsqueda, Kate confronta de manera más abierta sus miedos y emociones. La relación entre ambos es compleja y ambigua, llena de un cariño que nunca llega a cristalizarse del todo y que se ve limitado por sus propias inseguridades y desencantos. A través de Kate, Percy añade una capa adicional a la exploración de la alienación en la novela, pues ella, al igual que Binx, lucha por encontrar algún tipo de control sobre su vida y sus emociones.
La interacción entre ambos personajes es una de las formas en que Percy explora la importancia de la conexión humana. La búsqueda de Binx no puede completarse en soledad, y la presencia de Kate le ofrece una posibilidad de redención, de encontrar en otra persona el reflejo de una autenticidad que, aunque esquiva, parece posible. No obstante, Percy evita el sentimentalismo; en lugar de una relación que resuelve sus dilemas, la conexión entre Binx y Kate es una oportunidad para la autocomprensión, sin que se resuelva de manera clara y definitiva.
Walker Percy construye su narrativa a partir de un tono introspectivo, reflexivo y lleno de ironía. La voz de Binx es una mezcla de sinceridad y humor que permite al lector conectarse con su conflicto sin sentirse abrumado. Percy escribe con una prosa accesible y directa, sin perder profundidad, y dota a su protagonista de una sensibilidad que, aunque compleja, es comprensible para el lector. La forma en que Percy aborda temas existenciales y espirituales en la novela evita la pesadez académica, y en su lugar, convierte los dilemas filosóficos en experiencias cotidianas que invitan a la introspección sin abandonar el disfrute literario.
Además, el tono irónico y humorístico que Percy le da a Binx permite al lector encontrar en el personaje una dimensión profundamente humana. Este recurso convierte a “El cinéfilo” en una obra que, aunque crítica y seria, no cae en el pesimismo absoluto; la vida de Binx puede estar marcada por la incomodidad existencial, pero la narración deja un espacio para la esperanza y para la posibilidad de cambio. Este equilibrio entre lo trágico y lo cómico en el tono de la novela es parte de lo que hace a “El cinéfilo” una lectura tan cautivadora.
“El cinéfilo” de Walker Percy es una exploración incisiva de la alienación en la modernidad, del vacío existencial que sienten quienes buscan un propósito en un mundo desprovisto de significado claro. A través de Binx Bolling, Percy crea un retrato de la sociedad estadounidense de la posguerra, donde el materialismo y la superficialidad han desplazado los valores tradicionales y espirituales. La novela invita al lector a reflexionar sobre la autenticidad, el propósito de la vida y la importancia de la conexión humana, y lo hace con una narrativa accesible, un tono irónico y una sensibilidad que capturan el dilema existencial de su protagonista. En última instancia, “El cinéfilo” es una obra que trasciende su tiempo, ofreciendo una visión de la búsqueda de sentido en un mundo que parece haberlo perdido.