La prima Phillis de Elizabeth Gaskell
por Ana Olivares
Mal de amores
De Elizabeth Gaskell, ya conocíamos su famosa obra Cranford, su detallismo al retratar a todo tipo de personajes sin importar su escala social. Disfruta trasladándonos ese realismo cotidiano en cada escena o paisaje, además de valorar los personajes por encima de todo, haciéndolos dinámicos y mostrándolos en un amplio abanico de posibilidades. También es capaz de describir los ambientes sociales de forma verídica sin olvidar la parte literaria, por lo que sus obras representan toda una lección histórica y artística. Su vocabulario es esquisto, como la mayoría de autores y autoras del siglo XIX; destaca en el uso de palabras digamos autóctonas de cada zona que recrea, además de una prosa sosegada y casi familiar que nos introduce de lleno en la trama; por lo que ésta nos puede resultar indiferente, ya que aquí se disfruta cada frase. Por supuesto que nos importa el argumento, a lo que nos referimos es que Gaskell domina al lector gracias a su capacidad de comunicación y a su estilo único e inconfundible.
Esta historia nos la contará su joven protagonista en primera persona, Paul Manning, aprendiz de inventor e ingeniero al cargo de las obras de las líneas de ferrocarril entre Eltham, ciudad donde reside, y Hornby, localidad rural en la que viven unos parientes suyos cercanos. A petición de su madre va a visitarlos con reticencias.
Contrariamente a lo que esperaba, encuentra en Hope Farm, un rebaño de paz. El reverendo Holman y su familia son personas encantadoras, cariñosas que lo acogen como a un hijo más. Luego está su prima Phillis, quien da título a la obra, y actúa como el ideal de belleza juvenil de la época. Ella es la luz que anuncia cada amanecer por su pureza, sobriedad y obediencia a su familia. Es el prototipo perfecto de joven rural de la época, con su ignorancia natural acerca de la vida dado su aislamiento, y por los pocos estímulos que recibe, aunque ha heredado la curiosidad de su padre. Además, su familia es muy religiosa, por lo que su carácter es sosegado y tímido, bastante parecido al de Paul, por lo que enseguida entablan una amistad que muchos pensarán que pueda ser amor. Sim embargo, el romance sucede durante la visita del señor Edward Holdsworth, el jefe de Paul a la granja. Tras caer enfermo, la familia, por su relación con su pupilo, lo invitan a pasar unas semanas con ellos y así recuperarse de su enfermedad gracias al ambiente rural. Este accede, enseguida se hace con la confianza de todos los miembros de la familia, y aunque mantiene unas formas poco convencionales o claras, acaban cogiéndole mucho cariño. Este, intercambiando impresiones con Paul, acaba confesándole su intención de terminar de inmediato las nuevas obras que le han encargado, para poder regresar y pedir la mano de su prima Phillis, ya que Paul no la quiere en ese sentido. Cuando la joven se percata de que el señor Holdsworth se marcha a otra ciudad por trabajo, su ánimo decae, por lo que Paul, en un arrebato de sinceridad, le transmite la intención de su jefe, lo que parece infundir esperanzas en la joven. Con el paso de los meses y ya desde Canadá, su jefe le escribe anunciando su compromiso. Esta inesperada noticia cae como una bomba sobre la familia, el reverendo y su mujer están preocupados por el comportamiento de su hija, languidece como un muerto en vida. Paul, quien confiesa lo sucedido y afirma que en realidad él solo quería ayudar. Mientras tanto, a la prima Phillis le da tal impresión el hecho que cae convaleciente presa de una grave enfermedad que la deja al borde de la muerte. Parece una reacción del todo exagerada, pero tenemos que comprender el contexto social y la época. Una joven que apenas sabe nada de la vida, y menos del amor, que se vea cortejada y rechazada en un intervalo de meses por un hombre versado y con más mundo, no tiene la capacidad suficiente para gestionar el torbellino de sentimientos y pensamientos que asolarán su micro mundo rural. Y a pesar de tener las herramientas necesarias para salir de eso, necesitará de la ayuda de toda su familia y de Paul para recuperarse, sobre todo la reprimenda de una de las criadas.
La obra es entretenida, tiene momentos de incertidumbre porque no sabes hacia donde se encamina la trama, sin embargo, me ha parecido un tanto insulsa en cuanto a las novelas que estoy acostumbrada a leer. Quizá se haya centrado más en la descripción y detallismo de los personajes, tanto, que el tema central en sí ha quedado algo superfluo, porque, aunque se trate del lenguaje del amor y sus consecuencias en la época, el tema está bastante explotado y en esta ocasión, tampoco existen ni pizca de distinción u originalidad en la forma. Supongo, que tras Cranford, esperaba mucho más y este ha sido mi error. Esto no quiere decir, que no sea una obra perfectamente recomendable para aquellos y aquellas que aún no conozcan a dicha autora y les gusten los dramas clásicos en localizaciones bucólicas y evocadoras.