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Un paso a dos de Javier Santiso

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por Elena Cruzado

Un paso a dos de Javier Santiso

Un paso a dos de Javier Santiso

Dice Javier Santiso en una entrevista que de no haberse dedicado a los libros habría sido pintor para «escribir con el pincel y ponerle colores a la vida», y lo curioso es que ya lo ha conseguido. Su última novela, «Un paso a dos», editada por AdN, es como un lienzo hecho novela. Con una prosa cargada de lirismo, Santiso nos invita a recorrer la vida y obra de Edward Hopper desde la mirada de su esposa, Josephine.

A través de pinceladas cargadas de detalles descriptivos y metáforas muy visuales, el autor recrea los diarios íntimos de Josephine en una ficción biográfica tan bella como desoladora. Nos encontramos ante una mujer que antes de esposa fue artista y que renunció a su talento —y a su felicidad— para convertirse en la musa de un hombre que cada vez estaba más lejos de ella.

«Un paso a dos» es un viaje a la soledad a través de los años, con paradas en algunos de los cuadros más icónicos de Hopper que encierran episodios de una relación dividida y tóxica en la que ambos se sentían encerrados.

«Ese cuadro, Noctámbulos, son todas las historias posibles, todo el vacío de nuestra vida expuesta a la vista del mundo».

La voz de Josephine es fuerte y representa a todas esas mujeres que, como ella, fueron silenciadas y relegadas a un papel de meras espectadoras de sus propias vidas. En el sentido de Jo, de forma literal por su condición de modelo de inspiración en las obras de su marido.

«A veces pinto un autorretrato para demostrarme que existo, yo siempre en blanco y negro, de lado, apartada, tú el gigante, yo la enana».

Es curiosa la forma en la que dos amantes, antaño unidos por la intimidad, los viajes, pequeños retazos de felicidad, transitan el camino inverso hasta convertirse, poco a poco, en desconocidos.

«Un paso a dos» está narrado en forma de diario, aunque también de reproche. A lo largo del texto, Josephine se dirige directamente a su marido en una suerte de monólogo en el que expresa por escrito todo aquello que calló en vida. No hay cabida para el diálogo en esta obra, lo que unido al elevado volumen de metáforas y descripciones puede hacer que su lectura resulte un tanto densa. En ocasiones me he visto abrumada por la gran cantidad de imágenes que se desprenden del lirismo del autor en apenas un par de líneas. A nivel técnico, el texto es impecable, pero reclama una lectura un tanto pausada.

En definitiva, «Un paso a dos» es la historia de dos almas que nunca se sintieron libres del todo, que se refugiaron en el arte con tanto ahínco —él como pintor, ella como musa— que quedaron irremediablemente atrapados. Pero también es la historia de una artista que renunció a su esencia en pos de la de su marido. Una artista que, como tantas otras, cayó en el olvido y que ahora, gracias a Javier Santiso, resurge de entre las cenizas para reconquistar el papel que merece: el de protagonista.

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