Criadero de curas de Alejandro Sawa
por Rubén J. Olivares
Alejandro Sawa, figura emblemática de la bohemia literaria española de finales del siglo XIX, nos legó en 1888 una obra que destaca por su feroz crítica al clero y a las instituciones religiosas: «Criadero de curas». Esta novela corta se erige como un testimonio del anticlericalismo militante de su época, reflejando las tensiones entre la sociedad civil y la Iglesia en una España profundamente influenciada por el catolicismo.
La trama sigue la vida de Manuel, conocido como Manolito, un joven que, tras la muerte de sus devotos padres, es internado en un seminario según la voluntad testamentaria de éstos. Desde el inicio, Sawa nos muestra la falta de vocación del protagonista y su sufrimiento ante la rígida disciplina y el ambiente opresivo del seminario. Los curas, lejos de ser modelos de virtud, se muestran como seres humanos con sus propias debilidades y pecados. La educación que reciben los seminaristas está basada en el dogmatismo y la represión, lo que les impide desarrollar un pensamiento crítico y una moral propia. La severidad de la vida religiosa y la indiferencia de los clérigos hacia él lo llevan a intentar huir, pero es capturado y castigado severamente, lo que finalmente lo conduce a un trágico desenlace. Así, quienes deberían haber velado por la vida y la integridad del joven Manolito se convierten en ávaros verdugos que sólo ven en el huérfano una oportunidad de disfrutar de la fortuna que su familia les ha legado a cambio de cuidar y formar al joven como futuro cura, obviando en todo momento la educación y la salud del joven novicio.
La obra se inscribe en la corriente naturalista, caracterizada por un enfoque determinista y una representación cruda de la realidad. Sawa utiliza esta perspectiva para denunciar el fanatismo religioso y la intransigencia de las instituciones eclesiásticas. El seminario es retratado como una «cloaca» y un «criadero de sombra», metáforas que enfatizan su visión negativa de estos centros formativos. Sawa utiliza un lenguaje crudo y directo para denunciar la falsedad de la vida religiosa y la manipulación de la Iglesia. Los personajes están caricaturizados, pero al mismo tiempo son creíbles y representan a diferentes tipos de personas que se podían encontrar en la sociedad de aquel momento. «Criadero de curas» no sólo es una feroz crítica a la institución religiosa, sino que también cuestiona los valores y las normas sociales de la época y pone de relieve cómo la avaricia y la codicia de aquellos que tienen poder se impone por encima de los supuestos valores morales y éticos que dicen promover, desvelándonos la hipocresía que se esconde tras las figuras en apariencia más nobles de la sociedad.
La prosa de Sawa es rica y expresiva, aunque en ocasiones puede resultar grandilocuente y reiterativa para el lector del s. XXI acostumbrado a otro tipo de construcciones gramaticales y vocabulario, aunque por fortuna la novela cuenta con diversas notas que ayudan a la comprensión de la misma. Este estilo sirve para subrayar su mensaje anticlerical, presentando a los sacerdotes como figuras deshumanizadas y peligrosas. Frases como «El amor a los santos les había absorbido y agotado el amor a la humanidad» reflejan su crítica mordaz hacia una religiosidad que, según él, desatiende la esencia humana.
Aunque «Criadero de curas» no sea la mejor novela de Sawa, su valor reside en ser un ejemplo paradigmático del naturalismo literario español y en su contundente denuncia de las prácticas religiosas de su tiempo. La obra ofrece una ventana a las luchas ideológicas de una época en la que la influencia de la Iglesia estaba siendo cuestionada, y sirve como testimonio de una forma de anticlericalismo que, aunque hoy pueda parecer desfasada, constituía un valiente acto de denuncia y cuestionamiento de una institución que en el s. XIX tenía un fuerte arraigo en la sociedad española. La Iglesia católica, con un poder aún considerable, ejercía un control férreo sobre la educación y la moral pública, algo que Sawa, a través de su narrativa incisiva, cuestiona abiertamente, denunciando la hipocresía de una sociedad que aparenta defender valores religiosos mientras tolera la injusticia y la corrupción.
«Criadero de curas» es una obra que, a pesar de haber sido escrita hace más de un siglo, sigue siendo relevante en la actualidad. La crítica de la educación dogmática y la denuncia de la hipocresía religiosa son temas que aún resuenan en nuestra sociedad. La novela de Sawa es una invitación a la reflexión y al pensamiento crítico, al tiempo que nos recuerda la importancia de cuestionar lo establecido y de buscar la verdad por nosotros mismos.